Vuelve OCDE a mejorar expectativas de crecimiento para México


México tiene las previsiones de crecimiento más altas de América Latina y es el octavo país a nivel mundial con mayor proyección de crecimiento del PIB

Vuelve OCDE a mejorar expectativas de crecimiento para México


Política
Septiembre 21, 2021 15:22 hrs.
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Redacción › Emmanuel Ameth Noticias

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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mejoró la previsión de crecimiento de la economía mexicana para este 2021, con la cual estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) aumentará hasta el 6.3%, es decir, 1.3 puntos porcentuales por arriba de la estimación de mayo de 5%.

La anterior cifra coincide con las proyecciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), vertidas en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) 2022.

En el documento ’Perspectivas Económicas Provisionales’, la OCDE estimó que el crecimiento económico de México en 2022 será de 3.4 por ciento. La previsión anterior fue de 3.2 por ciento. Sin embargo, en esta cifra no converge con las autoridades mexicanas, quienes colocaron el cálculo en 4.1 por ciento.




La Organización expuso que estas proyecciones se dan en el marco del crecimiento económico mundial, el cual se ha recuperado este año, ayudado por un fuerte apoyo político, el despliegue de vacunas eficaces y la reanudación de muchas actividades económicas, particularmente en los servicios.

De acuerdo con el reporte de la OCDE los países están saliendo de la crisis con diferentes desafíos, que a menudo reflejan sus fortalezas y debilidades anteriores al COVID 19, y sus enfoques de políticas durante la pandemia. Incluso en los países donde la producción o el empleo se han recuperado a sus niveles anteriores a la pandemia, la recuperación es incompleta, con empleos e ingresos todavía por debajo de los niveles previstos antes de la pandemia.

En su reporte, la organización resaltó que “la inflación sorprendió al alza en economías como México, Brasil, Argentina, Rusia y Turquía”, y señaló que de ahí también parten las correcciones a las estimaciones hechas en mayo.

La inflación de México registrará una fluctuación de 5.4 por ciento, que es 1.3 puntos porcentuales superior a la que tenían en mayo, según las expectativas revisadas de la OCDE.

“Un rápido aumento de la demanda a medida que las economías se reabren ha hecho subir los precios de materias primas clave como el petróleo y los metales, así como los alimentos, lo que tiene un efecto más fuerte sobre la inflación en los mercados emergentes. La interrupción de las cadenas de suministro causada por la pandemia se ha sumado a las presiones de costos. Al mismo tiempo, los costos de envío han aumentado considerablemente”, expuso en su informe.



En su reporte publicado este martes, la OCDE señaló que, después del batacazo del 3.4 por ciento del pasado año por la pandemia de la COVID, la economía mundial progresará un 5.7 por ciento en 2021 y un 4.5 por ciento en 2022.

Eso significa una décima menos de lo que había anticipado en mayo para 2021 y una décima más para el año siguiente, pero lo más significativo son las modificaciones en el ritmo de recuperación de las principales potencias económicas del G20.

Destaca en primer lugar la mejora de las cifras para la eurozona, para la que ahora se espera una subida del PIB del 5.3 por ciento este año (un punto más que en mayo) y un 4.6 por ciento en 2022 (dos décimas más), lo que se explica sobre todo por las revisiones al alza de Francia y España.

Algo similar ocurre con los estados latinoamericanos del G20, para los que la recuperación será netamente más intensa que lo estimado hace casi cuatro meses.



Si se cumplen las actuales previsiones, el aumento de la producción será del 5.2 por ciento en Brasil en 2021 (en lugar del 3.7 por ciento) y del 2.3 por ciento en 2022 (en lugar del 2.5 por ciento); del 7.6 por ciento en Argentina este año (frente al 6.1 por ciento) y del 1.9 por ciento el que viene (en lugar del 1.8 por ciento).

En ese sentido México tiene las previsiones de crecimiento más altas de América Latina.

Estados Unidos, sin embargo, ve sus cifras modificadas a la baja, aunque mantendrá uno de los crecimientos más elevados del G20, con un alza de la actividad del 6 por ciento en 2021 (nueve décimas menos que en el estudio precedente) y del 3.9 por ciento en 2022 (tres décimas menos).

Una de las principales razones de la decepción de las expectativas es la pérdida de ritmo de vacunación, que empezó muy fuerte allí pero se ha visto sobrepasado por buena parte de los países europeos.



El PIB mundial ya ha superado el nivel anterior a la crisis, pero hasta mediados de 2021 se había perdido alrededor de un 3.5 por ciento si se compara con las proyecciones que se habían elaborado antes de que se hicieran sentir los efectos del coronavirus a comienzos de 2020.

Los autores del estudio no se muestran alarmistas sobre las presiones inflacionistas de los últimos meses porque, aunque las anticipaciones son más altas para este año, se mantienen generalmente a un nivel moderado, si se excluye el caso de Estados Unidos.

Calculan que en el conjunto del G20 la inflación interanual tocará techo a finales de 2021, con un 4.5 por ciento, y se ralentizará a continuación para situarse en torno al 3.5 por ciento un año después.

La OCDE vuelve a insistir en que los gobiernos deben utilizar todos los medios a su alcance para avanzar en la vacunación lo más rápido posible y en todo el mundo para salvar vidas y mantener a raya el coronavirus, porque la recuperación económica “seguirá siendo precaria e incierta” mientras no se consiga.

A su parecer, hace falta más esfuerzos para que los países pobres puedan inmunizar a sus poblaciones “para su propio beneficio y para el beneficio mundial”.

De hecho, el principal riesgo a la baja que pesa sobre sus previsiones es que una vacunación insuficiente o una falta de efectividad de las vacunas actuales impida controlar nuevos brotes epidémicos con variantes más contagiosas.



Eso exigiría imponer de nuevo medidas restrictivas que supondrían un golpe a la confianza del sector privado y en ese caso el ascenso del PIB en 2022 se quedaría por debajo del 3 por ciento.

La organización estima que los bancos centrales deben mantener una política monetaria como la que ha permitido atravesar la crisis sin graves contratiempos financieros, pero al mismo tiempo dar pistas sobre a partir de qué nivel de inflación subirán los tipos de interés.

En cuanto a las políticas fiscales y presupuestarias, la recomendación clave es la flexibilidad para adaptarse al estado de la economía. Eso significa en primer lugar que hay que conservar los paquetes de ayuda pública mientras las perspectivas sigan envueltas de incertidumbre.SIN EMBARGO

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