La camarilla que hace más de una década tiene poder absoluto sobre el INE, incluso desde que se llamaba IFE, ha recibido un golpe legislativo para reducir sus gastos y prebendas, lo que se conoció como Plan B, luego de que no se lograra la mayoría calificada para reducir el número de legisladores plurinominales, pues el Senado aprobó en lo general la Reforma y la ha enviado de vuelta a la Cámara de Diputados para que finalmente se apruebe y publique.
De paso, Morena y aliados comprobaron que aún con la traición de Ricardo Monreal y su grupo afín en la Cámara Alta, mismo que se abstuvo de votar, conservan la mayoría para modificar toda Ley que no vaya en contra de la Constitución.
En ese tenor, Monreal dijo que no podía ir en contra de la Constitución y que por esa razón votaba en contra.
Sin Embargo, el senador olvidó que la función del cargo que ostenta es la de legislar, es decir, la p de proponer, modificar o derogar las leyes vigentes, olvidando además que al no tratarse de modificaciones constitucionales, no se puede ir en contra del espíritu de la carta magna, si bien el documento ha recibido medio millar de reformas desde los 80s.
Pero no todo fueron buenas nuevas para Morena.
Y es que la iniciativa aprobada en la Cámara tuvo modificaciones a la enviada en Palacio Nacional, lo que obligó a rectificar dichos puntos antes de que regrese a la cámara de origen.