El evento de compras a meses sin intereses, que no necesariamente con descuentos, conocido como El Buen Fin, beneficia a departamentales y especializadas en lugar del pequeño comercio, pese a que es impulsado por Cámaras Empresariales cuyos agremiados son los más perjudicados.
Tan sólo en 17 entidades federativas el número de Terminales Punto de Venta (TPVs) es inferior al 50% del número de comercios establecidos en locales, revelan los datos del Directorio Estadístico de Unidades Económicas (DENUE) y del Banco de México (Banxico), sin contar que también hay establecimientos de servicios que usan terminales.
Dado que el evento prioriza las compras a meses sin intereses, los más beneficiados son las departamentales y de autoservicio con presencia nacional, dejando al comercio local abandonado y sin poder competir ante esos grandes consorcios.
Los comercios de los estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Puebla, Hidalgo y Michoacán serían los más afectados, pues menos de una cuarta parte de ellos cuentan siquiera con un instrumento para recibir pagos a través de una tarjeta.
Lejos de que sean las cámaras de comercio las que impulsen sus intereses, éstas se han volcado por un esquema que deja fuera al pequeño comerciante, que no puede competir ni en publicidad ni en infraestructura con los grandes comercios, y encima provoca que los comparadores dispongan de menos capital para adquirir con ellos luego de disminuir drásticamente la capacidad de compra de estos y hasta su capacidad de deuda.