En los últimos seis años, correspondientes al sexenio de López Obrador, los trabajadores mexicanos fueron los que más se vieron beneficiados respecto al incremento histórico de salario mínimo.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), los ingresos de la fuerza laboral mexicana han experimentado un crecimiento notable en los últimos años. Entre el primer trimestre de 2018 y el mismo período de 2024, los ingresos totales aumentaron casi un 19%, con el sector formal mostrando el mejor desempeño.
Antes de la implementación de la política de recuperación salarial, los ingresos mensuales se mantenían fluctuantes sin una tendencia definida. Sin embargo, desde hace cinco años, se observa un crecimiento constante en los ingresos al inicio de cada año, según un análisis de la organización México ¿Cómo Vamos? (MCV).
"El salario mínimo había permanecido estancado durante casi 30 años, entre 1993 y 2018, incluso con pérdidas en términos reales. Lo que se ha observado con los incrementos recientes es una estacionalidad en los aumentos de ingresos promedio, específicamente entre el primer y segundo trimestre de cada año", explica Axel Eduardo González, coordinador de Datos de MCV.
Este análisis sugiere que las políticas de recuperación salarial han impulsado un crecimiento positivo en los ingresos de la fuerza laboral mexicana. Sin embargo, la estacionalidad de los aumentos sugiere la necesidad de un enfoque más integral para garantizar un crecimiento sostenido y equitativo en el largo plazo.
En el sector formal, las percepciones de la población ocupada han mostrado una mejor evolución, actualmente el ingreso mensual promedio en la formalidad es de 13,041 pesos, eso representa un crecimiento de alrededor de 17% con respecto a lo observado en 2018.
Los aumentos al salario mínimo han tenido un efecto faro en los ingresos en la informalidad, su ritmo de crecimiento ha sido similar en los últimos seis años al del empleo formal; pese a ello, apenas han alcanzado un promedio de 6,923 pesos al mes.
Pero en la economía informal, la evolución de las percepciones también puede estar vinculada a una dinámica de mercado, indica el especialista de MCV. A diferencia del sector formal, donde los ajustes al salario mínimo tienen un impacto directo.
’Esto es uno de los grandes pendientes del mercado laboral mexicano. Al estar fuera de la legislación laboral, el empleo informal no se ve implicado en las mejoras que ha habido en las condiciones laborales recientemente’, apunta Axel Eduardo González.
Pese a la recuperación del ingreso en ambos sectores, la brecha de percepciones entre el sector formal e informal se mantiene amplia. Las personas ocupadas en la formalidad ganan en casi el doble que quienes están en la economía informal, de acuerdo con el análisis de MCV.
’Sí hay una tendencia a la baja histórica, pero se reduce muy lento. Cuando empezó la serie en 2005, la informalidad laboral era de alrededor del 59%, y así se mantuvo hasta el 2012 y después comenzó a la baja, para el 2018 era 56% y después de seis años, está en 54.3%, eso nos habla de una disminución de cuatro o cinco puntos en un período de 20 años’.
Pese a la evolución de las percepciones de la población ocupada, la brecha salarial de género se mantiene. Según el análisis de MCV, en el primer trimestre del año, los ingresos de las mujeres fueron 1.2 veces inferiores al de los hombres.
’Esta brecha en el ingreso laboral mensual promedio entre hombres y mujeres se observa tanto en el empleo formal como en el informal. El ingreso laboral mensual promedio de los hombres en un empleo formal es 1.14 veces superior al de las mujeres en la misma situación, mientras que en el caso de un empleo informal, el ingreso laboral mensual promedio de los hombres es 1.35 veces superior al de las mujeres’, indica la organización a través de su Observatorio del Mercado Laboral.Gerardo Hernández | EL ECONOMISTA