El pleno de la Cámara de Diputados aprobó reformas a la constitución para permitir al gobierno retomar el derecho de uso de las vías ferroviarias, para terminar con la privatización que en su momento el expresidente Ernesto Zedillo impulsó, y con ello ocupar las vías para el servicio de transporte de pasajeros.
Por unanimidad, con 472 votos a favor, cero abstenciones y cero en contra, las y los diputados federales avalaron la reforma al artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de de vías de transporte ferroviario, por lo que el gobierno podrá retomar el uso de las vías para prestar el servicio de transporte ferroviario de pasajeros, otorgando asignaciones a empresas públicas o privadas.
Tras la aprobación en lo general y en lo particular de este proyecto, la minuta fue enviada a la Cámara de Senadores para su análisis, y en su caso, aprobación.
La reforma que parte de la iniciativa enviada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 5 de febrero, pretende también impedir la creación de un monopolio para que se ejerza de manera exclusiva el uso de los ferrocarriles para carga.
’El Estado mexicano retoma el derecho de utilizar las vías ferroviarias para prestar el servicio de transporte de pasajeros. Para ello, el Ejecutivo Federal podrá otorgar asignaciones a empresas públicas o concesiones particulares’.
Asimismo, con el objetivo de impulsar el uso de trenes para transportar pasajeros, en los artículos transitorios se aseguró que los particulares que cuenten con concesiones para prestar el servicio de transporte ferroviario de carga podrán obtener concesiones para prestar el servicio de transporte ferroviario de pasajeros, no obstante, en cualquier caso, se dará preferencia al servicio de transporte de pasajeros.
’Con la participación de empresas a las que se asigne o concesione el servicio en la forma y términos que determine la ley, lo que ha de propiciar que el transporte de personas por la red carretera se diversifique y amplíe al ferroviario, lo cual intuitivamente permitirá la disminución de costos para el usuario final del servicio’, plasma el proyecto aprobado este martes.
Durante la discusión de este dictamen, Morena y sus aliados, el PT y PVEM, defendieron esta reforma al señalar que lo que se busca es revertir el fracaso de la privatización de las vías férreas, impulsado en 1995 por el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, con el argumento, dijeron, de que era necesario modernizarlos, volverlos eficientes y competitivos y abrirlos a la inversión nacional y extranjera.
’Para la década de 1990, el gobierno del presidente Ernesto Zedillo abandonó la gestión pública de la infraestructura ferroviaria, por lo que en 1996 comenzó la privatización de Ferrocarriles Nacionales de México, poniendo a la venta sus acciones a grupos empresariales nacionales y extranjeros, expresó la diputada del PVEM, María del Carmen Pinete Vargas.
A pocos meses de que Zedillo tomara su cargo como presidente, el 2 de marzo de 1995 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un decreto con el que se posibilitó la privatización de aproximadamente 17 mil kilómetros de vías férreas mexicanas. Para el 12 de mayo de ese mismo año publicaron la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario, donde se especificaban las reglas e instrumentos para otorgar las concesiones y los permisos de las vías.
"A partir de la conclusión del proceso de apertura de los ferrocarriles al sector privado quedaron en manos de particulares 17 mil kilómetros de vías férreas en el mapa se muestran los principales concesionarios con la salvedad de que el ferrocarril Chiapas-Mayab ya no existe", mencionó el ingeniero Francisco Javier Gorostiza en una conferencia magistral en el 2021.
Una vez en la presidencia, el gobierno de Zedillo aprobó la reforma constitucional en materia de ferrocarriles de 1995 para posteriormente realizar la entrega de concesiones que abarcaban el 84% de la red y el 95% del sistema ferroviario nacional a finales de los años 90, extendiéndose sobre 22,130 kilómetros de infraestructura.
A medida que las concesiones ferroviarias eran otorgadas, principalmente a empresarios nacionales y extranjeros, se planteaba un supuesto beneficio generalizado, que incluiría las finanzas públicas y los usuarios del servicio. Sin embargo, el discurso oficial no detallaba los costos de la privatización, ni presentaba estadísticas que pudieran corroborar los beneficios anunciados.
En su momento argumentaron la necesidad de la privatización con el fin de modernizar el sistema ferroviario, que según Zedillo, enfrentaba limitaciones financieras y requería de la participación del sector privado para su desarrollo y eficiencia.
"La comunicación vía satélite y los ferrocarriles son áreas prioritarias para el desarrollo nacional en los términos del artículo 25 de esta Constitución; el Estado al ejercer en ellas su rectoría, protegerá la seguridad y la soberanía de la Nación, y al otorgar concesiones o permisos mantendrá o establecerá el dominio de las respectivas vías de comunicación de acuerdo con las leyes de la materia", indica el decreto de Zedillo con el que se modificó el artículo 28 de la Constitución.
Lejos de ello, la privatización sólo derivó en la destrucción, abandono de las estaciones, esto debido a que en 1997, Ferromex dejó de operar la mayoría de los servicios de trenes de pasajeros. En 2001, se anunció la desaparición de Ferrocarriles Nacionales de México, dejando a México prácticamente sin transporte ferroviario de pasajeros.
Empresas como Ferromex, Peñoles, Medios de Comunicación y Transporte de Tijuana, Tribasa y Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM), asociada a Kansas City Southern Industries, recibieron concesiones de 20 a 50 años.
Hasta hace unos meses el control de las vías se concentraba principalmente en manos de Ferromex y Ferrosur, ambas pertenecientes a Grupo México del empresario Germán Larrea, así como en Kansas City Southern de México, que juntas dominan el 93.6% de la red, como reporta la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario.
Hasta ahora son cuatro servicios de pasajeros en operaciones (3 de ellos son turísticos): Ferrocarril Chihuahua-Pacífico “El Chepe”, Tren de la Vía Corta de Tijuana-Tecate y Tren Tequila Express, en Jalisco y el Tren Suburbano que conecta la CDMX con el Edomex.