La inflación anual en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se elevó a 9.6 por ciento en mayo de 2022, la mayor desde hace 34 años (agosto de 1988); entre todos sus miembros sin embargo, donde se incluyen los países más ricos del mundo, México es el que ostenta la menor inflación en energéticos y así ha sido desde que se percibieron los efectos de la invasión de Rusia a Ucrania, entre otros fenómenos mundiales que han afectado al sector estratégico.
La tasa anualizada para inflación en energéticos es de 35.4% mientras que la de México es al menos 5 veces inferior con un 6.4%, por lo que no es raro que energéticos como la gasolina, el gas o la electricidad muestren precios reales similares -o incluso por debajo- a los que se tenían en 2018; en el caso de la gasolina, incluso en precios nominales es comparable por momentos a las cifras de hace 4 años.
La política de México para contener la inflación se ha basado en acordar con los productores para mitigar los efectos en la canasta básica y así beneficiar a las clases más desfavorecidas en tanto para los energéticos, especialmente en el caso de la gasolina, financia el subsidio con los excedentes en ingresos que se obtienen de los mercados energéticos internacionales.Con información de El Economista