La asociación civil Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), que recibe millonarios recursos del Gobierno de Estados Unidos y de grupos empresariales de México, niega que sea ’una organización con fines político-electorales’, pero Claudio X. González Guajardo era su presidente al mismo tiempo que construía Va por México, la coalición opositora al Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En efecto, González Guajardo se separó de la presidencia de MCCI el 24 de julio de 2020, pero desde cinco meses antes, en marzo de ese año, articulaba en su propio domicilio la alianza opositora con los presidentes del PRI, PAN y PRD, Alejandro Moreno Cárdenas, Marko Cortés y Jesús Zambrano, respectivamente, como él mismo lo confesó.
’Cuando me plantee esto de buscar a los partidos de oposición, allá en marzo del año pasado, sabía que la coalición iba a ser imperfecta, iba a estar formada por partidos con todo un historial y con problemas’, reveló González Guajardo a un grupo de simpatizantes, en noviembre de 2021, sobre cómo creó Va por México mientras presidía MCCI.
La verdadera naturaleza y objetivos de MCCI cobran relevancia por el reportaje del diario The New York Times sobre la “preocupación” en el Gobierno de Joe Biden por la “cercanía” del Embajador Ken Salazar con López Obrador, que en algún momento puso en riesgo el financiamiento estadounidense a esa asociación.
El Embajador le dijo al Times que consideraba que el activismo del fundador del grupo, González Guajardo, “creaba la apariencia de incorrección” y añadió que “propondría que le corten el financiamiento” si hallaba que las acusaciones de actividad política resultaban creíbles.
Por ello, Salazar se reunió en su residencia con María Amparo Casar, quien sucedió en la presidencia a González Guajardo, en julio de 2020, para preguntarle si MCCI participaba secretamente en asuntos políticos. Casar, sorprendida, dijo que no y explicó que los auditores del Gobierno de Estados Unidos habían determinado en repetidas ocasiones que su organización no se inmiscuía en política.
“¿Por qué tendría que creerte?”, preguntó el Embajador, según dos personas con conocimiento de la reunión que pidieron que no se les nombrara por temor a represalias, detalla el diario.
“La única prueba que tengo es mi palabra”, respondió Casar. El Embajador le dijo que “esto no huele bien” antes de ponerse de pie abruptamente y concluir la reunión de manera anticipada.
Salazar le dijo al Times que tenía todo el derecho de tocar temas “legales y éticos” con un receptor de financiamiento estadounidense. Y añadió: “Alguien puede decirte muchas cosas que simplemente no son verdad”.
Después de la publicación del reportaje del medio estadounidense, MCCI emitió un comunicado para refrendar que “no somos una organización con fines político-electorales, y que, como ha quedado acreditado en diversas auditorías realizadas dentro y fuera del país, cumplimos con el objeto social que nos rige”, por lo que “seguimos siendo receptores de fondos nacionales e internacionales, incluidos los del Gobierno de los Estados Unidos de América”.
Lo que es un hecho verificado es que González Guajardo presidía MCCI y simultáneamente construía la coalición opositora a López Obrador, algo que Casar Pérez como copresidenta de la asociación civil niega que haya conocido —“su agenda privada nunca ha sido de mi conocimiento”— y que se haya financiado con fondos de Estados Unidos.
“Lo que el Dr. Claudio X. González hiciese en su vida privada, las personas con las que se reunía o lo que trataba en esas reuniones, nunca fue de la incumbencia de la organización ni tampoco afectó sus labores y responsabilidades cotidianas como presidente”, respondió Casar Pérez, consultada por SinEmbargo.
Y añadió: “ningún porcentaje de los fondos recibidos por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) fue utilizado para pagar el salario del Dr. Claudio X González”.
ACTIVISTA Y POLÍTICO
Aunque lo niegue la fundadora y copresidenta de MCCI, quien fue coordinadora de asesores del Secretario de Gobernación en el Gobierno de Vicente Fox, Santiago Creel —uno de los negociadores de Va por México—, fue el propio González Guajardo quien confesó que fue el constructor de la coalición opositora mientras presidía la asociación civil.
“Cuando nosotros nos acercamos, en marzo del año pasado, uno por uno, a ver a los dirigentes de los partidos políticos, fue una iniciativa de un grupo pequeñito de ciudadanos y yo hice parte de esas gestiones, hubo receptividad de los partidos políticos de sentarse en una mesa, de alguna manera moderada o facilitada por la ciudadanía, eso es un hecho”, contó a sus simpatizantes.
A esas reuniones en el domicilio del presidente de MCCI, al menos once, asistieron también Clemente Castañeda y Jorge Álvarez, del partido Movimiento Ciudadano, y Margarita Zavala, quien buscaba el registro de México Libre, como lo reveló en el programa Los Periodistas, Gustavo de Hoyos, expresidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Copamex).
Las reuniones de los dirigentes de los cinco partidos políticos de oposición, cuatro de ellos con registro, eran encabezadas por González Guajardo y se iniciaron al inicio de la pandemia de COVID-19, declarada como tal el 11 de marzo de 2020, detalló De Hoyos.
“Muchas de las reuniones, las primeras sobre todo, teníamos guantes, máscaras y careta. Imaginen que en una sentada de esas se contagiara toda la clase política del país. Como los ejecutivos de una empresa que no vuelan todos por seguridad, teníamos que ser muy responsables”, subrayó De Hoyos sobre las reuniones que, subrayó, eran “casi en la clandestinidad”.
Y sí: Las reuniones del presidente de MCCI con los dirigentes de todos los partidos de oposición eran discretas, no sólo para evitar que se conociera el uso de fondos del Gobierno de Estados Unidos para financiar la oposición, sino porque los estatutos de esa asociación civil “prohíben expresamente cualquier vinculación con partidos y movimientos políticos o electorales”.
Y, en ese sentido, González Guajardo se colocó en la hipótesis de conflicto de intereses que sanciona el Código de Ética de MCCI, porque mientras era presidente de la asociación civil construyó en su propio domicilio la coalición Va por México.
Esta agrupación establece que “existe un conflicto de intereses potencial cuando los intereses de una persona, los de su familia o terceros relacionados puedan afectar su toma de decisiones o comprometan su actuación eficiente y objetiva en el desempeño de sus funciones en MCCI”. Álvaro Delgado Gómez | SIN EMBARGO