Para la primera semana del gobierno de Donald Trump el gobierno de México recibió 4 mil 94 deportados como parte de la medida impuesta por el republicano contra la crisis migratoria, de acuerdo con la presidenta Claudia Sheinbaum.
En la conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional, la mandataria agregó que, en ese lapso, cuatro aviones que salieron de territorio norteamericano han aterrizado en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Sin embargo, precisó que la cifra no representa un incremento sustantivo en las deportaciones.
"Primero, del 20 al 26 de enero, se han recibido 4 mil 094 personas, la gran mayoría de ellos mexicanos y mexicanas… Cuatro aviones, pero ha habido otras ocasiones en nuestro país que se han recibido cuatro aviones civiles, que llegaron al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Hasta ahora no ha habido un incremento sustantivo, unos días que disminuyó con la entrada del presidente Trump, pero si lo tomamos por semana, es un número que en otras ocasiones ha tenido nuestro país’, destacó.
Sheinbaum aseguró que su administración está preparada para responder a posibles violaciones a derechos humanos por parte de autoridades migratorias.
"La cancillería y migración tienen un esquema por si hay alguna violación a los derechos humanos de las de los mexicanos que llegan a nuestro país, pues se hacen distintos esquemas desde una queja, otras organizaciones que se dedican este tema los Estados Unidos o incluso denuncias que se presentan en los tribunales de Estados Unidos frente a una violación de derechos humanos", comentó.
Tras el conflicto entre el presidente colombiano Gustavo Petro y el presidente estadounidense Donald Trump por la negativa de Colombia a aceptar dos vuelos con personas deportadas —debido a la falta de respeto a la dignidad de sus ciudadanos repatriados, Trump respondió con aranceles del 25% a productos colombianos, amenazando con subirlos al 50% en una semana y suspender los trámites de visado para ciudadanos colombianos.
El domingo, Colombia cedió y aceptó los términos de Washington para resolver el impasse. La presidenta mexicana, si bien mantiene una cercanía ideológica con el gobierno colombiano, evitó involucrarse directamente en el conflicto diplomático, priorizando la relación con Estados Unidos y la estabilidad de los millones de mexicanos indocumentados en ese país.
La presidenta mexicana afirmó que "la relación con Estados Unidos es especial, estamos obligados a tener una buena relación".
La mandataria, sin embargo, confirmó que participará en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) del próximo jueves, convocada en el punto álgido de las tensiones entre Petro y Trump por el Gobierno de Honduras, que tiene la presidencia pro tempore del mecanismo regional. Sheinbaum dejó en el aire si acudirá de forma presencial a Tegucigalpa o si se enlazará por videollamada y dijo que iba a discutir los detalles con el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, que encabezó los contactos diplomáticos de México en medio de la crisis que se vivió el pasado domingo. El primer punto en la agenda del encuentro de la Celac es la gestión de la inmigración. Desde hace un par de semanas, una decena de países de la región han ensayado una respuesta unificada frente a las amenazas de Trump. ’Con América Latina siempre nuestra solidaridad, nuestro apoyo’, afirmó Sheinbaum, en un intento de mantener una posición salomónica en medio del encontronazo.
’Se han recibido cuatro aviones, que han llegado al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles’, apuntó Sheinbaum, sobre las repatriaciones por aire, aunque también se ha informado de devoluciones por tierra. La presidenta dijo que la mayoría de las personas deportadas durante los últimos siete días son mexicanos. Una de las principales preocupaciones del Gobierno mexicano es que el endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos implique que el país tenga que asumir la carga de recibir a deportados de otros países y busca alcanzar un acuerdo con Trump para hacerse cargo de un grupo reducido de nacionalidades. Es uno de los principales frentes abiertos en la negociación entre ambos Gobiernos.
’Es el miedo permanente que tenemos, no todo está definido’, dijo sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo en materia migratoria con Trump. La Administración de Sheinbaum confió en que sus aliados regionales puedan asumir la responsabilidad sobre sus propios ciudadanos y mantener un diálogo con Washington para evitar nuevas tensiones. ’Estados Unidos está teniendo una comunicación fluida con otros Gobiernos, particularmente de Centroamérica’, aseguró. ’Hasta ahora, ha sido una relación de mucho respeto, de mucho diálogo’, comentó sobre los contactos que ha tenido con el republicano.
Al margen del cruce de declaraciones en ambos lados de la frontera, las principales incógnitas que prevalecen del lado mexicano es la capacidad que tienen las autoridades para afrontar los nuevos desafíos sobre el terreno. El Gobierno de Sheinbaum anunció la semana pasada el lanzamiento del Plan México te abraza para dar acceso a apoyos y programas sociales a los mexicanos que sean devueltos o decidan regresar. Pero la presidenta enfrentó cuestionamientos porque su Administración no ha ratificado de forma oficial a funcionarios clave, como el director del Instituto Nacional de Migración. ’Es un periodo de transición’, aseguró la mandataria frente a las críticas y dijo que la confirmación de los nombramientos es cuestión de tiempo. ’Siempre buscaremos la coordinación, el respeto mutuo y el respeto entre nuestras naciones’, dijo la presidenta, tras el primer cara a cara de Trump y Latinoamérica en materia migratoria.Con información de EL PAÍS