La inversión extranjera directa (IED) en México podría oscilar entre 35,000 y 40,000 millones de dólares en 2023, impulsada el nearshoring, lo cual sería clave para que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca 1%, estimó HSBC Research.
La institución financiera tiene una perspectiva económica positiva sobre el país para este año, debido a la solidez macroeconómica y la llegada de algunos catalizadores, como la superación de los picos en la inflación y en las tasas de interés a nivel global y local, los cuales sentarán las bases para un posicionamiento de inversión más fuerte.
Y es que la combinación de la resiliencia en la actividad económica, oportunidades e implicaciones del nearshoring, la caída de la inflación, el final de ciclos de subidas de tasa y sólidas cuentas externas y fiscales serán factores clave para México en 2023.
’Tenemos una perspectiva económica constructiva sobre México en 2023, a pesar de los retos globales y locales, lo cual se basa en: crecimiento resiliente del PIB de 1.0%, con un sesgo al alza, respaldado por oportunidades de nearshoring que podrían traducirse en una inversión extranjera directa (IED) de 35-40 mil millones de dólares en 2023’.
En noviembre pasado, la Secretaría de Economía reportó al tercer trimestre del año que la inversión extranjera directa preliminar ascendió a 32,147.4 millones de dólares, un aumento de 29.5% frente al mismo periodo de 2021 y la más alta desde 1999 para un lapso similar.
Al cierre del año la IED pudo haber alcanzado (falta revisar las cifras) los 40 mil mdd y esto mismo se repetiría en 2023. Salvo 2013, que se alcanzaron 48 mil mdd, el resto de los ejercicios se han tenido fluctuaciones que no rebasaron los 35.5 mil mdd.
Asimismo, HSBC expone que la caída de la inflación, que estima quedará en un nivel de 4.5% interanual, sumado a la estabilización de las expectativas de inflación crearán espacio para reducir la tasa de referencia en 100 puntos base en el segundo semestre, de hecho espera cierre den niveles de 9.75%.
’Esto no significa que se vaya a retirar la postura restrictiva en la política monetaria del país, ya que nuestra senda de tasa de política monetaria implica una tasa real ex-ante de alrededor de 6.0% en 2023, gracias al espacio que abrirá la caída gradual en las expectativas de inflación’, precisa.
La institución financiera también expone que las cuentas externas ordenadas, lideradas por fuertes y sostenibles entradas de flujos, combinadas con déficits comerciales y de cuenta corriente contenidos, y la sólida posición fiscal a corto plazo también ayudarán de manera importante, a pesar de un pequeño déficit primario en 2023.Roberto Noguez | FORBES