Derivado de que acusan fueron objeto de una serie de injusticias cometidas presuntamente por la dirección general del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (Cecyteh), principalmente en el plantel Huejutla, trabajadores decidieron organizarse para defender su derecho a tener una organización sindical; sin embargo, a decir de un grupo de maestros, los mismos trabajadores a su vez presionan a otro grupo para que no se formalice otro sindicato con distintas expresiones (también es su derecho) y entre ambos, cada quien por su cuenta, intimidan a trabajadores que quieren permanecer al margen del conflicto de poderes.
’Hay la intención de formalizar un sindicato, que muchos creemos (necesario) por los abusos de los que somos objeto. Sin embargo, todavía no son reconocidos y ya tienen prácticas que muchos criticamos, como (el ser) convocados sólo por su invitación, hablar con (las) autoridades supuestos representantes que nosotros no conocemos… por eso es que ante lo que parece ser el beneficio para unos cuantos, muchos compañeros han optado por la otra opción’, dijo uno de los trabajadores entrevistados, quienes pidieron omitir su nombre por temor a represalias.
A decir de los entrevistados, existe otro grupo de manifestantes que intentan formalizar otro sindicato, teniendo también un derecho legítimo para hacerlo, aunque aseguran, que como este es un poco más transparente comenzó a recibir más simpatizantes, al grado que comenzaron las acusaciones de ser un grupo enviado desde la dirección general, generando tensiones entre ambos bandos.
Si bien en notas periodísticas se dijo que participaban 25 de los 42 planteles, los entrevistados coincidieron en que el número de planteles donde laboran ’en protesta’, es decir, con mantas y playeras que aluden su movimiento laboral, se enfoca en los localizados en Calnali, Ixmiquilpan, Pachuca, Huichapan, Poxindeje, Atlapexco, Tizayuca, Huejutla, Tetepangp, Santiago Tulantepec, Chapulhuacán y Tepehuacán.
Señalan que los trabajadores que no toman partido por ninguna agrupación, así como el personal administrativo que no fue tomado en cuenta, son objeto de señalamientos y de presiones, pues la radicalización los hace pensar que si no están del lado de un grupo, forzosamente tienen que estar con el otro.
’Si no queremos estar afiliados también es nuestro derecho, no nos han convencido y no estamos obligados a hacerle el caldo gordo a alguien que busque un cargo, o que después de las elecciones vea al sindicato como un Plan B. Ven por sus propios intereses, no nos consultan nada, pero quieren que seamos obedientes. Por algo no han reconocido a ninguno pero ellos sienten que ya pueden amenazarnos, incluso a compañeras. Así no actúan los sindicatos, así actúan las mafias’.