Acontecidas las elecciones gubernamentales de Hidalgo, Julio Menchaca aplastó, con más de 30 puntos de diferencia y en un 2 a 1 a su contendiente Carolina Viggiano, quien continúa como secretaria general del PRI. En un arranque de impotencia, ese priismo comenzó a propagar la versión de que el entonces gobernador Omar Fayad ’se había vendido’ a Morena y como pago recibiría una embajada, sin existir nada que lo sustentara.
La estrepitosa derrota del priismo en Hidalgo ese entonces dejó una herida que aún no ha sido sanada y es la fecha en que los señalamientos siguen, pues la narrativa es que como gobernador, Fayad Meneses no operó a favor del partido tricolor, así hubiese sido su participación ilegal y así esta hubiera sido insuficiente para apuntalar una candidatura que comenzó 20 puntos abajo, y que luego la candidata se encargó de ampliarlos a 30.
Desde ese momento apuntaron a Fayad en no menos de media docena de embajadas y ninguna resultó ser cierta; ni antes ni ahora.
El último ’inocente’ en darle voz a la especulación tricolor fue Joaquín López Dóriga, quien un día sí y otro también ha difundido diversas fake news para cumplir con su agenda. Hace tiempo que no le importa ser desmentido, pues encuentra eco mediático en quienes tienen todavía menor rigor periodístico que él para difundir notas y su objetivo se cumple en el muy corto plazo, pues no busca credibilidad, sino agitar las aguas, así sea por un par de horas, además de instalar una idea en el imaginario de aquellos que dan la misma veracidad a los hechos que a las especulaciones.
El senador de Morena Navor Rojas lo explicó con peras y manzanas: los nombramientos de embajadores son exclusivos del Senado de la República, a solicitud del Ejecutivo, y en este momento el receso legislativo tiene una Comisión Permanente que no está facultada para llevarlos a cabo.
Y fue más lejos, pues aunque podría solicitarse una sesión extraordinaria para que el pleno resuelva el asunto, previo análisis de la idoneidad del o de los candidatos, debe existir una solicitud en firme ante la Comisión de Relaciones Exteriores, la cual tampoco existe.
Todo lo anterior viene puntualizado en el Artículo 76 de la Constitución Política, la que ni el comunicador ni sus repetidores conocen, pero que tampoco les interesa conocer.