El aeropuerto civil Juan Guillermo Villasana, señalado por usarse como una narcopista según el testimonio de un piloto entrevistado por el medio ’La Octava’, verá interrumpidas sus presuntas actividades ilegales, toda vez que será personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) quien asumirá el control del aeródromo el próximo mes.
Según la investigación realizada por el medio, Pachuca es una plaza ’conocidísima’ en todo el país por tener como característica la gran cantidad de vuelos que realiza a Sudamérica, al grado que es donde mayor énfasis puso el piloto en su declaración, como puede apreciarse en el siguiente video:
Además de Pachuca, la investigación de La Octava titulada “Vuelos negros” también menciona como plazas importantes para el presunto trasiego los aeropuertos de Puebla y Tlaxcala como aquellos donde en los últimos años presuntamente se ha incrementado más esta actividad delictiva. Con distinta preponderancia también se habla de los aeródromos de Ciudad Juárez, Chihuahua, Chetumal, Mérida, Culiacán, Palenque, Morelia, Uruapan, Concepción del Oro, entre muchos otros.
De hecho, la mayor parte de las plazas referidas coinciden con las que tomará la Sedena el próximo mes, a excepción de las ubicadas en Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas.
En Baja California Sedena tomarán tres, en Sinaloa tres, en Nuevo León dos, en Chiapas tres, Oaxaca tres, Guerrero dos y en Quintana Roo serán tres. En Chihuahua se ocuparán dos aeropuertos, mientras que en Hidalgo, Campeche, Colima, Puebla, Veracruz, Morelos, Querétaro así como en el estado de Tabasco, se hará uso de uno.
Daño a las estructuras financieras y logísticas del narco
El combate que el actual gobierno realiza hacia la delincuencia organizada difiere en forma y fondo de la estrategia que durante 9 años llevaron a cabo los expresidentes Calderón y Peña Nieto, en el primero de los casos, teniendo a 3 de sus más importantes colaboradores de seguridad tras las rejas, incluso siendo confesos uno y el hermano del otro en prisiones de los Estados Unidos.
La estrategia que coloquialmente se conoce como “abrazos no balazos” no se enfoca en enfrentar directamente a los delincuentes aparentemente para así minimizar las pérdidas humanas; lo que realiza es atacar las estructuras financieras y logísticas para reducir su margen de maniobra y, por lo menos en esta etapa del plan según lo que se puede apreciar, reducir el poder de estos grupos delincuenciales (la propia administración actual renunció a llevarse preso a Ovidio Guzmán para prevalecer la paz en Sinaloa ante la salida de los criminales a las calles).
Uno de los frentes es aprovechar a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), misma que se ha abocado a detectar y restringir el acceso a las cuentas por parte de los grupos delincuenciales. Aunque pueden seguir operando con efectivo, aparentemente esto limitaría el flujo de sus transacciones así como la compra de armas, la cual se da principalmente en los Estados Unidos.
Sobre la parte operativa, la Sedena ya se hizo del control de las aduanas con la intención de obstaculizar un trasiego que ya se había “normalizado” en dichos puntos; la toma de los aeródromos obedecería a esta segunda parte. Si bien hay distintas instalaciones que pueden improvisar como narcopistas y el trasiego no necesariamente pasa por las aduanas, cambia la forma en la que venían operando los grupos delincuenciales.
Sin embargo, al tratarse de una estrategia de seguridad nacional, podría tratarse de una mera suposición, pues abiertamente no podría confirmarse ni darse a conocer otras estrategias en el mismo sentido.Con información de Milenio
