Lo que algunos conservadores denominan, incluso de manera peyorativa, como ’Nenis’, son mujeres emprendedoras que buscan un lugar en el mercado para hacerse de ingresos. De hecho, es también gracias a ellas y a su actividad económica que México figura a nivel mundial entre los principales países con mejor ecosistema para su emprendimiento.
Y es que la presencia de mujeres emprendedoras en México ha venido al alza, según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2023/2024.
América Latina es la región con más mujeres que deciden iniciar un negocio, debido a que los países con mayor número de mujeres emprendedoras son Ecuador y Chile, con un porcentaje de 33.4% y 30.2% respectivamente, seguidos de Guatemala (28.8%), Colombia (26.1) y Panamá (28.5).
Mujeres emprenden en la informalidad
Los negocios de estas emprendedoras se encuentran en etapa inicial, es decir en los primeros tres años y medios de vida, lamentablemente son pocos los proyectos que se consolidan en el tiempo, lo cual significa que menos mujeres que hombres logran una transición exitosa de nueva empresa a compañía consolidada.
Datos de la Radiografía del Emprendimiento en México, edición mujeres creada por la Asociación de Emprendedores de México (Asem), señalan que el 22% de las empresas fundadas exclusivamente por mujeres no tiene una figura legal, es decir suelen iniciar los negocios en la informalidad y desde casa, lo cual limita el crecimiento.
“Es un tema de tiempo, acceso a recurso y tipo de negocio. Si una mujer tiene que cuidar a la familia, no tiene capital o el marido y la familia no le va a invertir porque existe esa mentalidad de que no es un trabajo, entonces la mujer no va a poder rápidamente formalizarse”, precisó José Ernesto Amorós, decano asociado de la Facultad de EGADE Business School y líder del estudio en México.
Aún existen retos para consolidar el negocio
Otros de los retos que enfrentan las emprendedoras, de acuerdo con el GEM, son: barreras culturales, miedo al fracaso, falta de acceso a financiamiento y desigualdad de género.
El miedo al fracaso también es un factor que limita el emprendimiento, principalmente para las mujeres. “Al menos dos de cada cinco adultos que ven buenas oportunidades no iniciarían un negocio por miedo a que fracase. En 37 de estas economías, una mayor proporción de mujeres que de hombres que ven buenas oportunidades no iniciarían un negocio por miedo a que fracase”, de acuerdo con el informe.
A pesar de que en Latinoamérica persiste el impulso para abrir nuevos negocios creados por mujeres, el GEM señala que existe un entorno difícil para transitar a negocios consolidados, principalmente en las economías de bajos ingresos (como Puerto Rico, Uruguay, Panamá y México), donde las mujeres abandonan la actividad empresarial a las tasas más altas.
“Es posible que las bajas tasas de transición de la iniciativa empresarial femenina de la fase nueva a la fase establecida estén relacionadas con la cultura, aunque este efecto también puede detectarse en países con diferentes antecedentes culturales”.Elizabeth Meza Rodríguez | EL ECONOMISTA
