La Hoguera
Emmanuel Ameth
La indignación por la tragedia que arrebató la vida de una familia completa en Mineral de la Reforma y que pudo haberse evitado si las autoridades hubieran actuado con todo el rigor de la ley para no exponer a una víctima a su agresor, se ha cargado en redes en contra de la juez Janett Montiel Mendoza.
Y no es que la susodicha se encuentre exenta de responsabilidad ni que en modo alguno se sugiera que no goza de culpabilidad sobre el asunto, sino que simplemente el problema es mayor de como se van moviendo las aguas, es decir, que no se trata sólo de remover a un mal elemento como si se tratase de un caso aislado, sino que el mal es sistémico.
De entrada, la juez será sujeta a inspección y en esta quedará acreditado que el MP no proporcionó los elementos suficientes y contundentes para que la sentencia fuera más rigurosa. Se evaluará su perfil y se mostrará que es ’idóneo’ según las instituciones. Serán exhibidos casos donde se cuestione su actuar -como los que hace años ha documentado este medio sobre la misma- y a la par serán revelados muchos otros en los que su decisión sea considerada correcta y con apego a las normas.
Finalmente la presión social hará que sea removida o bien, que no participe en la renovación que se plantea para 2027.
Pero el problema seguirá allí.
Porque Janett Montiel, como el resto de jueces y magistrados, fueron impulsados por políticos cuyo interés es tener control sobre ellos cuando así convenga. La regla no escrita dice que las sentencias no pueden ir en contra del Sistema que allí los puso, obedecen órdenes.
Y cuando no obedecen a un interés superior, son sujetos a sobornos y a mil formas de ser corrompidos, pues nadie tiene cara para reclamar dicha actitud cuando se les pide ser beneficiados desde el poder político.
Y esos son los asuntos que resuelven en persona, porque si bien su firma va expresa en una gran cantidad de expedientes, la realidad es que quienes hacen la chamba en “asuntos menores” (entiéndase estos como aquellos en los que no hay consigna ni un interés económico de por medio), son los Secretarios.
Por eso muchas veces se sentencia al vapor, por eso no agotan las diligencias para esclarecer una denuncia y/o demanda, por eso siempre se favorece al poderoso, al que puede contratar despachos que se impongan a un defensor público que apenas y cumple con el mínimo o que tiene el poder de contratar intermediarios que sobornen a la autoridad.
Vendrá una reforma al Poder Judicial y serán los ciudadanos quienes elijan a los impartidores de justicia… pero lo harán sobre listas previamente palomeadas por los poderes políticos. Se dará prioridad a quienes hayan realizado “carrera”, pero como sucede en su símil federal, los beneficiados son los influyentes, los que conviene. Presumirán logros académicos escondiendo que se hicieron en el mismo Instituto de Profesionalización e Investigaciones del Poder Judicial, la misma que le da un “doctorado” a un juez corrupto pero que se cierra hacia ciudadanos mejor intencionados.
Sí, la juez Janett Montiel no cumplió a cabalidad con su encomienda, pero quienes están alrededor y quienes eventualmente llegarán, no son mejores que la misma ni dan garantía de nada en este Sistema.
ATIZOS
Además del Poder Judicial de Hidalgo, en la tragedia sucedida en Mineral de la Reforma no debe dejarse de lado que fueron dictadas medidas cautelares como el de la vigilancia policial, la cual no sólo no fue cumplida sino que el agresor, un expolicía de esa misma corporación, gozó de complicidad por otros elementos que, aparentemente, le compartieron el uso de patrullas, no le quitaron el uniforme, y en una de esas hasta le facilitaban información sobre quien posteriormente fuera su víctima. Por donde se le vea, esto está podrido.
