Daño ambiental, accidentes mineros y asesinato de activistas, consecuencias de concesionar la mayor parte del territorio nacional a mineros irresponsables
Pablo Moctezuma Barragán | CONTRALÍNEA
El 22 de julio es el día mundial contra la minería tóxica. En todo el orbe se toma consciencia sobre lo devastador que resultan las políticas extractivistas.
México es uno de los 10 principales países mineros del mundo. La minería es una actividad estratégica que puede ayudar mucho al desarrollo del país, si se transforma a fondo cuidando la dignidad del trabajo, el beneficio a las comunidades y el cuidado al medio ambiente. Pero es una actividad criminal cuando se ataca a las comunidades, se explota y se destruye a los trabajadores y a la naturaleza. Los cinco gobiernos neoliberales: Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña causaron daño a la nación, a los trabajadores y a los pueblos, con su política minera. Considerémoslo para acudir a votar por el ’Sí’ en la consulta del 1 de agosto de 2021.
Desgraciadamente en la actualidad la minería es un cáncer para México. Se ha utilizado para despojar a la nación. En diversos momentos, en los últimos 25 años corporaciones mineras se han apoderado de más de la mitad del territorio nacional: 117.6 millones de hectáreas. Actualmente las mineras acaparan 21.3 millones de hectáreas, equivalente a 10.6 por ciento del territorio nacional.
A causa de las políticas de los cinco presidentes neoliberales, la minería en la actualidad es muy contaminante, destruye bosques, manglares, humedales y praderas. Producen devastación de la biodiversidad, contaminan agua, suelo y aire causando gran impacto al deterioro ambiental. El oro extraído en el país se explota bajo la modalidad a cielo abierto. Esto es grave porque origina devastación ambiental, social y cultural. A pesar del daño que ocasiona en los estados de Sonora, Durango y Zacatecas, que concentran el 50 por ciento de nuevos proyectos mineros, el 75 por ciento será o ya es a cielo abierto.
Las corporaciones, cobijadas por los neoliberales, incumplen los acuerdos a los que llegan con la gente, ocasionan terribles accidentes que matan a los trabajadores y afectan regiones enteras. Actúan con irresponsabilidad e impunidad, dividen a las comunidades con violencia, sobornos y asesinan a defensores del medio ambiente opositores a sus proyectos.
La Ley Minera de 1992, impulsada por Salinas de Gortari, con el artículo 6 entregó la minería a las corporaciones extranjeras y nacionales, determinó que la explotación minera era un derecho de propiedad preferente ante las demás propiedades. Esto afecta pueblos y comunidades que son despojadas impunemente, comenzando la entrega de concesiones mineras a particulares, impulsando la privatización minera y afectando la soberanía nacional. El neocolonialismo llevó a un saqueo de nuestras riquezas mineras peor aún que el de la Colonia. En la década panista los corporativos extrajeron 380 toneladas de oro; España, 182 a lo largo de 300 años.
Estando los cinco expresidentes mencionados, al servicio de las corporaciones, estas no fueron llamadas a cuenta e impusieron reglas y condiciones que en sus países de origen no pueden aplicar. Los accidentes son constantes, como el derrame de tóxicos en el río Sonora el 6 de agosto de 2014, que dañó al medioambiente y afectó gravemente la salud de las comunidades locales quedando impune a su causante: el Grupo México.
Se impone un manejo responsable de las minas, pero las corporaciones sólo se interesan en amansar fortunas. Los cinco grupos con las minas más importantes en México reportaron utilidades de 229 mil millones de pesos en 2020. Ha habido grandes incrementos en los precios de cobre, oro, plata. Pero no les ha interesado cumplir la ley y respetar derechos. Siendo prioritaria la higiene, seguridad, defensa de la vida de los trabajadores, de la salud de las comunidades y el cuidado al medio ambiente.
Los neoliberales les regalaron las mejores condiciones, por lo que México se ubica como como el quinto mejor destino a nivel mundial para la inversión en la industria minera, de modo que 93 por ciento de las 345 empresas que operan en territorio nacional sean de origen extranjero.
En la explotación del oro el 60 por ciento lo tienen compañías extranjeras y el 40 por ciento corporaciones mexicanas como las de Slim y Bailleres. Los proyectos mineros en exploración en 2018 eran 77 por ciento canadienses, 10 por ciento de Estados Unidos. Acumulan cada vez más riquezas debido a que el precio de los metales preciosos no deja de subir. El oro y la plata brillan en el mercado, mientras se les impusieron bajos impuestos que ni siquiera pagaban durante los cinco cinco gobiernos del PRIAN.
Pero son los mineros, 345 mil trabajadores, los que en un trabajo muy sacrificado generan esa riqueza enorme. Sin embargo, sus condiciones laborales son terribles, por lo que se organizan y resisten, pero los cinco gobiernos antilaborales los han atacado sin piedad. Al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana(SNTMMSRM), quienes han insistido en luchar por los derechos del trabajador, por medidas de seguridad e higiene los persiguen e ignoran y la consecuencia han sido terribles accidentes como el de Pasta de Conchos, donde 65 trabajadores, murieron por ’homicidio industrial’ como acusó al Grupo México el líder minero Napoleón Gómez Urrutia ya que por no invertir 1 millón de dólares en un túnel alternativo –en 1 año en el que el dueño de Grupo México Germán Larrea ganó 6 mil millones de dólares– y por no mejorar los soportes de la mina y corregir todas las anomalías no previno el inminente accidente. Confió en la protección y la complicidad del gobierno de Vicente Fox que a los 5 días de derrumbe, y cuando todavía había esperanzas simplemente ordenó abandonar los trabajos de rescate. Ese crimen no debe quedar impune. Recordemos cómo en 2010, en la mina de San José de Chile, se hicieron todos los esfuerzos y luego de 69 largos días rescataron a los 33 mineros todos vivos.
Las criminales políticas de las corporaciones han cobrado muchas vidas. En Barroterán ocurrió un siniestro el 3 de agosto de 2012 que mató a seis mineros. De 2012 a 2015 murieron 200 mineros del Grupo México, tan sólo en el año 2012, perdieron la vida en las minas 23 trabajadores. Las minas de carbón hacen a Coahuila el estado con más incapacidades permanentes. Los trabajadores sufren de malas condiciones de trabajo, falta de equipo y pésima seguridad e higiene. Además de sufrir enfermedades como la neumoconiosis, hay muchos accidentes algunos mortales. Es muy dramático que en las minas de carbón y en un solo estado, Coahuila, murieran 132 mineros en esos años. Pero a la Secretaría del Trabajo del PRIAN, a sus inspectores y por supuesto a los grandes empresarios no les importó prevenir accidentes. En Coahuila siempre los hay, por lo que la secretaría de Economía debió cancelar concesiones, o Protección Civil nacional debió cancelarlas y no lo hicieron.
A los mineros mexicanos, les pagan magros salarios por su trabajo de tan alto riesgo. Ganan 15 veces menos que sus contrapartes en Estados Unidos y Canadá, que cobran hasta 35 dólares la hora. Realizan una misma actividad, en similares instalaciones, un mismo tipo de equipo y tecnología. Pero con más riesgos y mayor explotación.
Al SNTMMSRM –un sindicato que ha logrado defender los salarios de los mineros mexicanos conquistando aumentos salariales y las prestaciones, arriba de los topes oficiales, con aumentos del 6 al 8 por ciento y más al salario y 5 o 6 por ciento a prestaciones– los gobiernos de Fox, Calderón y Peña lo persiguieron con saña, declarando sus huelgas inexistentes, imponiendo líderes espurios y golpeándolos violentamente.
Recordemos que a los obreros en huelga en la Siderúrgica Lázaro Cárdenas Las Truchas los atacaron por órdenes de Fox, 800 policías federales y estatales, hiriendo a 47 mineros y matando a Héctor Álvarez Gómez y Mario Alberto Castillo.
Antes congelaron cuentas, retuvieron 20 millones de dólares del sindicato, desconocieron, persiguieron y calumniaron a su líder Napoleón Gómez Urrutia a lo largo de los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto. Le negaron el registro a decenas de sus secciones para debilitar al sindicato, Calderón en 2012 había negado 29 tomas de nota de las secciones sindicales y fueron frenados por las autoridades los recuentos para impedir que los obreros ejerciesen su libertad sindical.
Dejaron que las huelgas se alargaran indefinidamente, para no atender las demandas de los mineros, ejemplos dramáticos han sido: Cananea, Sombrerete y Taxco en huelga desde 2007, prefiriendo perder millones que cumplir con las demandas de seguridad e higiene por las que se iniciaron su lucha. Así de enorme la injusticia laboral en la que incurrieron estos gobiernos que deben ser juzgados luego de la consulta del primero de agosto.
Las luchas de los mineros mexicanos han sido un impulso permanente a lo largo de la historia de México, recordemos la huelga minera de Real del Monte y Pachuca en 1766, la participación de los mineros en la Independencia, cómo la del Pipila Juan José de los Reyes Martínez que abrió la puerta de la Alhóndiga de las Granaditas y al minero Mariano Jiménez un pilar de la insurgencia. Pensemos en los mineros de Cananea que en 1906 encendieron la chispa de la Revolución Mexicana. La lucha de los mineros de Santa Rosita y Cloete en 1950 que abrió paso a las grandes movilizaciones sindicales de esa década. En el siglo XXI, los mineros se han destacado por su combatividad y autonomía frente a la coalición del PRIAN con corporaciones rapaces y han jugado un gran papel para la derrota que sufrieron el 1 de julio de 2008, el triunfo de Andrés Manuel López Obrador y el inicio de la transformación.
De cara a la consulta popular ciudadana y de la de la Comisión de la Verdad que se establezca, debemos llamar a cuentas a Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña por su responsabilidad ante la nación y frente a los trabajadores mineros en sus gobiernos en los que estuvieron de espaldas a los trabajadores y a la Nación, completamente entregados a los intereses de las corporaciones y de políticas impuestas desde el extranjero. A votar, pues, por el ’Sí’. Pablo Moctezuma Barragán | CONTRALÍNEA