España y Europa en general tienen severos problemas para enfrentar los movimientos del ’mercado’ que han encarecido el costo de los combustibles, en gran parte y sobre todo en la nación ibérica, por los contratos desventajosos que celebraron con empresas particulares que han abusado de la población y a quienes cargan con sus malas decisiones.
Es así que mientras en las naciones denominadas ’primermundistas’ urgen de reformas y decisiones que reduzcan el impacto hacia los menos favorecidos, con un descontento del pueblo en general, en México la adopción de medidas que no comprometan la soberanía energética -que es estratégica por definición- pretenden ser impedidas por el partido conservador Acción Nacional (PAN).
Y es que no sólo se trata de un discurso opositor al actual régimen izquierdista en México, sino que de hecho, existen vínculos de prominentes panistas -incluido un expresidente- que verían truncados sus beneficios personales si se llevan a cabo las reformas con las que el estado volvería a tomar rectoría sobre el sector.
Incluso han llamado a una campaña que autodenominan "No al tarifazo", argumentando que una rectoría del estado sobre la generación de energía eléctrica traería un alza de tarifas, cuando lo cierto es que las mayores alzas en los recibos vinieron precisamente cuando el sector se abrió al capital privado, la cual se justificó en su momento alegando precisamente que disminuiría su costo.