EDITORIAL
El día de ayer se llevó a cabo el primer ejercicio de consulta ciudadana sobre la continuidad o no del domingo peatonal en Avenida Revolución de la capital hidalguense por parte del alcalde Jorge Reyes, lo que evidenció falta de previsión, pues no hubo boletas suficientes ni elementos que disuadieran posibles conflictos.
Si bien se trata, en primera instancia, de tener un diagnóstico que se complemente con la voz de los usuarios para hacer una propuesta que guste a los capitalinos, lo apresurado de la implementación evidenció falta de planeación y hasta de sentido común.
Porque antes de determinar el número de papeletas y el control sobre las mismas (evitando que una misma persona, por ejemplo, pudiera expresarse en cada uno de los módulos y hasta en distintos horarios), el diagnóstico debió partir de datos de afluencia estimados por la administración saliente.
Posterior, de una logística adecuada para que, incluso, sobraran boletas, contemplando diversos instrumentos de control. Mención aparte merece la estructura del cuestionario y la forma en la que habrían de procesarse los datos.
Previendo posibles conflictos, también se habría dispuesto de algunos elementos que disuadieran cualquier conato de enfrentamiento, pues en redes se observan videos de episodios donde se levantaron los ánimos.
A la par, o antes de lo anterior, el mejor mecanismo para recoger el sentir ciudadano debió ser el de la encuesta.
Con la encuesta en la mano, con un estudio de afluencia y con un mecanismo que recogiera el sentir de usuarios, vecinos e interesados, ya podrían realizarse las diversas propuestas que después pasarían a la etapa de socialización para finalmente ser implementadas.
Afortunadamente, se está a tiempo de corregir y de hacer las cosas de manera seria, para de esa forma evitar que el ejercicio sea visto con un mero trámite de justificación previo a la implementación de un proyecto ya decidido. Porque aún con las mejores intenciones, las formas cuentan.