Economía Versus Política
César Peña
La abrupta salida de Eduardo Iturbe de la Dirección de Comunicación Social del Gobierno del Estado, tomó por sorpresa a muchos, sobre todo, por los indicios del desaseo financiero de una secuela de acciones que poco a poco se van conociendo.
Iturbe, el flamante funcionario venido de la IP que desconocía casi todo de la prensa a su llegada en el 2022, jamás tuvo pretensiones de acabar con los vicios que se habían generado por décadas en esa oficina, y por el contrario, siguió promoviendo el amiguismo, la discriminación a medios "incómodos" y desde luego, su fuerte, hacer negocios personales como lo hicieron muy bien cada director de prensa que llegó a Palacio de Gobierno.
Esto hubiera sido algo normal si el Gobierno hubiera sido priísta o panista, pero no para quien venía representando a Morena y la Cuarta Transformación, quien pronto llegó para realizar un proyecto sin pies ni cabeza en materia de comunicación, lo que simplemente quedó en segundo lugar tras los proyectos ocultos que traía entre manos.
El primero de ellos, era construir una agencia de noticias dependiente del Gobierno, algo así como Notimex, que comenzó a articular desde el primer mes en el cargo al intentar reclutar a periodistas de todo el estado para enviar información, columnas, notas y reportajes que servirían para alimentarlo.
Esto, claro, se pagaría con el mismo dinero que entregaba a los medios por concepto de publicidad, es decir, le llegaría de forma gratuita sabiendo que tenía los hilos y el dinero oficial. Sin embargo, esta agencia de noticias manejada por Iturbe nunca prosperó y sólo se quedó en intento.
El segundo paso de Iturbe para construir su imperio fue crear "nuevos" periódicos y agencias de noticias digitales que se sumarían al presupuesto que se reparte entre los casi 400 medios que están en la lista del Gobierno. Mientras medios con años de existencia fueron vetados por decisión unilateral de Iturbe, por lo menos 6 de sus diarios digitales - algunos nacidos en esos días -, recibieron contratos y recursos.
Con una guerra declarada contra Elena Fernández Montes de Oca y su Smartia Group, con quien Iturbe competía y desde luego no podía ganar, Smartia generaba gran parte del contenido para el Gobierno Estatal como spots, campañas y hasta diversos discursos para el gobernador Julio Menchaca. Desde ahí se notaba la incapacidad de Iturbe.
Pero la gota que derramó el vaso y fue el prolegómeno de su remoción, fue la "bolsa" de medio millón de pesos que Iturbe utilizó para pagar publicidad de medios de comunicación en tiempos de veda electoral durante la reciente campaña de senadores, diputados federales, locales y ayuntamientos iniciada en abril de este 2024.
Ese dinero en efectivo que Iturbe dispuso, lo entregó de manera libre, privilegiando primeramente sus medios y después, a un puñado, que para configurar más aún un delito electoral, solicitó facturas como comprobante para algunos, mientras que para los más privilegiados, les entregó diversas sumas sin ni siquiera firmar un recibo.
Esta historia revelada por testimonios de algunos periodistas y periódicos, se refuerza con los resultados de la reciente revisión de la Auditoría Superior del Estado de Hidalgo (ASEH)practicada a Radio y Televisión de Hidalgo, que aunque es del ejercicio del 2023, es por una cantidad muy similar a la señalada por la prensa.
Con ello, Iturbe, estaría en graves problemas por más que se le quiera defender por parte de algunos funcionarios de la Cuarta Transformación ya que había sido orden del propio mandatario Julio Menchaca, solicitar su renuncia ante el cochinero que ya le habían adelantado la ASEH, la Contraloría y diversos testimonios.
Por ahora, la salida de Iturbe servirá para sanear todo el sistema de imagen del Gobierno Estatal, para devolverle el control a los propios periodistas con Jorge Martínez y de paso, para iniciar el proceso de reconciliación con varios sectores de la prensa, sobre todo de izquierda, con los que Iturbe se distanció.
El paso, se ha dado. César Peña