El presidente chino, Xi Jinping, ha intensificado la escalada militar ordenando al Ejército Popular de Liberación (EPL) reforzar su preparación para la guerra. Medios estatales chinos informaron que Xi, durante una inspección a la Fuerza de Cohetes del EPL, instó a las tropas a "reforzar completamente el entrenamiento y la preparación para la guerra", asegurando su disposición para el combate.
Este llamamiento coincide con recientes ejercicios militares a gran escala alrededor de Taiwán, el cuarto en dos años, que incluyeron aviones de combate, drones y buques de guerra.
Las tensiones militares se extienden más allá de Taiwán. China realizó lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales, incluyendo uno en septiembre hacia el Pacífico sin previo aviso, generando alarma internacional, especialmente en Japón y Nueva Zelanda.
El gobierno chino justificó dicho acto como una prueba de armamento, pero la falta de transparencia sobre estos ensayos nucleares ha generado críticas.
Aunque no se detallaron la trayectoria ni el punto de impacto del misil, estas acciones refuerzan la imagen de una China decidida a aumentar su poderío militar en el Indo-Pacífico.
La Fuerza de Cohetes del EPL, que Xi Jinping visitó personalmente, es una de las unidades estratégicas más antiguas y cruciales del ejército chino. Según la agencia oficial Xinhua, esta unidad ha intensificado su preparación para enfrentar situaciones de combate real, con el objetivo de fortalecer la capacidad de disuasión nuclear de China. Este esfuerzo se enmarca dentro del programa de modernización militar de Xi, que busca posicionar a China como una superpotencia militar global para 2030.
En este contexto, Washington ha estimado que China cuenta actualmente con más de 500 cabezas nucleares operativas y proyecta que esa cifra podría duplicarse para 2030. Estas estimaciones han generado preocupación en Estados Unidos y sus aliados, que ven en esta expansión un desafío creciente para la estabilidad en la región del Pacífico y más allá.
Durante los últimos ejercicios militares, las fuerzas chinas adoptaron una formación de cerco en torno a Taiwán, lo que fue interpretado como un intento de intimidación. Mientras tanto, los ciberataques contra Taiwán se duplicaron, registrándose más de 90.000 intentos de violaciones cibernéticas solo en agosto. Esta cifra representa el nivel más alto de ataques desde la visita de Nancy Pelosi, la expresidenta de la Cámara de Representantes de EE UU a la isla en 2022.
La comunidad internacional, particularmente Estados Unidos, Japón y otros países del sudeste asiático, han manifestado su preocupación ante el aumento de la actividad militar china, no solo en torno a Taiwán, sino también en el mar Meridional. Esta zona ha sido escenario frecuente de enfrentamientos entre buques chinos y filipinos, lo que ha incrementado las tensiones territoriales y marítimas en la región.
El régimen chino ha intentado justificar sus acciones como "medidas de defensa necesarias para proteger sus intereses estratégicos". Sin embargo, sus maniobras son vistas por sus vecinos y por Estados Unidos como parte de una estrategia más amplia para consolidar su influencia y proyectar su poder militar en el Indo-Pacífico. Con información de Diego Tudares | MUDIARIO | INFOBAE