Era noviembre cuando E. G. Márquez, tras una serie de sesiones de SPA, decidió tomar la sugerencia de quien se ostentaba como cirujana y dueña del establecimiento para llevar a cabo un tratamiento en papada mediante inyecciones; le provocó parálisis facial.
Con motivo de lo anterior, familiares se presentaron en las instalaciones del local Nutri Zone Pachuca para hacer un reclamo; acusan que fueron ignorados.
’La señora se niega a reparar el daño. Queremos que la gente sepa a lo que se atienen, es peligroso que no se traten con especialistas. Pueden ver diplomas colgados sobre diversas especialidades pero deben revisar que exista registro’, afirmó una de las denunciantes.
Ya acudieron a la Procuraduría y Copriseh, aunque no descartan visitar más instituciones toda vez que la supuesta cirujana, resultó ser nutrióloga.
“Mi pobre pariente hasta parálisis facial le dio y tienen que remover todo lo que le inyectaron. Ya fuimos con un cirujano plástico certificado”, añadieron.
Indicaron que todo sucedió en noviembre pasado cuando en la clínica pidió un tratamiento en el que le fue inyectado silicio; a la semana le salieron coágulos, por lo que regreso al negocio. Allí, Ramírez Serrano le pasó “diatermia” pero el aparato no le hizo nada. Acudieron con un cirujano certificado.
El cirujano -este sí-, les dijo que sólo con cirugía podría remediarse y que se le tiene que extraer todo.
Acusaron que en la Procuraduría lleva su cauce pero temen que por actos de corrupción el caso quede impune.