La Hoguera
Emmanuel Ameth
Podría apreciarse como un exceso el sintetizar la historia de México en unas cuantas líneas pero es necesario para explicar a la derecha mexicana sin que la columna sea especialmente larga.
El territorio multicultural en América que posteriormente fue sometido por españoles y al que llamaron Nueva España, dejó cuasi intactos los beneficios de las minorías gobernantes a nivel regional, un símil de los métodos de conquista romana.
Las minorías privilegiadas negociaron con los gachupines para mantener sus cotos de poder. Posteriormente, nace una ’clase media’ que no se identificaba con los pueblos originarios (los negaba o los aborrecía), pero que tampoco eran reconocidos como insulares; son ellos los que promueven la Independencia.
Liberados del yugo extranjero, esta clase media incrementa su riqueza y se convierten en caciques, quienes en su característica tiranía, heredaron métodos de control aprendidos de los conquistadores mediante el culto y la religión.
Estos personajes, aliados con otros impresentables, dieron forma a la derecha mexicana, el poder detrás del poder que con una mano adoctrinaba con las escrituras y con la otra ejercía poder armamentístico de la mano de la milicia.
Siendo tratados como una amenaza a la neonata soberanía nacional, son limitados bajo las leyes de Reforma, provocando una guerra entre liberales, ideólogos creyentes del humanismo, y conservadores, defensores del establishment y de los privilegios de las minorías a costa del pesar de las mayorías.
Tras una serie de guerras internas y externas, finalmente Díaz se establece en el poder y los trata como cortesanos, otorgándoles aún más privilegios e incluso permitiendo su organización en partidos católicos, mismos que crecieron al final de su mandato y que lograron recuperar el poder original de la Iglesia.
Tras la guerra civil mexicana para derrocar al tirano, se promulga una nueva carta magna que, acorde con la tendencia mundial, vuelve a reducir los cotos de los privilegiados que financiaban a la Iglesia, misma que a su vez seguía manipulando católicos.
Ante el desprestigio de los líderes católicos, la derecha internacional promueve la fundación de organizaciones para así atacar por varios frentes el modernismo al que se encaminaba el mundo y que amenazaba seriamente sus privilegios.
En 1917, como respuesta a la libertad, pero específicamente al artículo 3ro constitucional, nace la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), impulsada por el Partido Católico Nacional y por la Orden de los Caballeros de Colón, quienes con preocupación veían como se veían amenazados sus intereses y su modus vivendi por parte de los revolucionarios.
9 años después, Calles modificó la Ley para darle herramientas de cumplimiento para el respeto a los principios de l carta magna, lo que provocó la Guerra Cristera: sacerdotes convenciendo a campesinos para ir a asesinar soldados con el fin de conservar los privilegios de los otrora conservadores que se resguardaban en las esferas del poder de la iglesia católica y que habían amasado importantes fortunas gracias a generaciones de opresión.
Tras el fracaso, siguieron operando y organizándose gracias a que las bajas no salieron de sus filas, sino de sus seguidores más empedernidos. Es así que en 1929 fundan la Coparmex -un ¡sindicato patronal!- que nació para oponerse a las leyes que reconocían derechos fundamentales de los trabajadores.
Pero la derecha no se quedaría allí, sino que fundarían al Partido Acción Nacional en 1939, ello mediante el registro obligatorio de los trabajadores cuyas factorías eran propiedad de los socios de la Coparmex, y por empresarios de los feudos más conservadores del país, sin menospreciar el financiamiento extranjero que quería seguir explotando el país y que veía en Cárdenas aun verdadero peligro.
Esos descendientes de los tiranos de las civilizaciones precolombinas que después se aliaron con los conquistadores, que después formaron una clase privilegiada que buscó la Independencia, que una vez obtenida se transformaron en conservadores, que después fueron cristeros, son las raíces de la derecha mexicana y mantienen su ideología retrógrada hasta la fecha, luchando por los mismos privilegios que tenían entonces y ocupando al brazo católico y empresarial para lograr su cometido.
Y entre sus muchos frentes, uno que les causa mayor escozor es el de la educación laica y gratuita.
Se opusieron a la laicidad del estado, a darle derechos a los trabajadores y por supuesto, a los libros gratuitos.
La UNPF surgió para oponerse al ’pensamiento único’ de la formación de menores, alegando que debían incluir educación laica. Después lo hicieron contra los libros de texto gratuito impulsados por el Plan de Once Años. Y como en aquel entonces, la Coparmex y el PAN, brazos de la derecha mexicana, se opusieron también. Incluso la Coparmex presume orgullosa su injerencia a finales de los 80 para reducir el papel rector del Estado en la educación para poder hacer de estas un negocio. Han pasado siglos y y no sólo no se han podido extirpar, sino que les sigue funcionando ocupar a los campesinos -ahora tecnificados en universidades- para librar las luchas por sus propios intereses. Por eso es que la historia se repite hoy y lo volverá a hacer mañana, ocupando su capital para financiar a medios y abrir nuevos frentes contra las libertades.
La basura de ayer es la basura de hoy, y aunque cada vez es más hedionda, se rehúsa a ser desechada.