La Hoguera
Emmanuel Ameth
Si el gobierno que encabeza Julio Menchaca Salazar mueve bien sus fichas, el próximo año podrá quedarse con la mayor parte de los ayuntamientos de la entidad, lo que representará al menos 7 veces más que los que ganó Morena el proceso anterior y que le darán mayor gobernabilidad.
Para conseguir lo anterior, tienen ya un pie adelante, pues las próximas elecciones, aunque no tengan al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en la boleta, serán probablemente las últimas en la que su figura influya en el electorado, pues irremediablemente la imagen del tabasqueño vendrá a la cabeza de los votantes a la hora de sufragar y de determinar si quieren que continúe su proyecto.
Al día de hoy, es el presidente más aprobado de la historia del país desde que existen estudios serios (con Zedillo al frente comenzaron a ser más o menos libres) y si bien no será un día de campo, la intención de voto difícilmente bajará del 50%, teniendo un ’colchón’ de más de 10 puntos para asegurar dicho resultado (actualmente rondan los 60 puntos), y con ello, la victoria en 2024.
Para que este proyecto se hiciera realidad sin embargo, pasando por un fraude electoral y por una elección llena de irregularidades, AMLO finalmente aplastó cuando su política pasó por los acuerdos necesarios para evitar que nuevamente prácticas turbias le alejaran de Palacio Nacional.
Julio Menchaca también hizo política y ello le valió para aumentar la ventaja inicial de 20 puntos a más de 30, siendo el candidato más votado de entre las entidades que celebraron sus comicios en 2022.
Con un Andrés Velázquez que se perfila para abanderar la causa morenista en Pachuca, misma que peleará con otros perfiles de renombre, la elección de candidato en Tulancingo tendrá un sabor especial, pues revivirá un conflicto estudiantil que data de hace dos décadas.
Y es que según las pocas encuestas (públicas) que se han dado a conocer, la pelea al interior de Morena se está dando entre 𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐒𝐨𝐬𝐚 𝐀𝐫𝐫𝐨𝐲𝐨 𝐲 𝐀𝐥𝐞𝐣𝐚𝐧𝐝𝐫𝐨 𝐑𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐆𝐚𝐫𝐜𝐢́𝐚.
El primero de ellos, sobrino de Gerardo Sosa Castelán, líder del Grupo Universidad que está bajo prisión domiciliaria, y el segundo un abogado que en la política se le recuerda en el PRD y que es consejero de Morena.
Hace dos décadas, Alejandro Rosas García era presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo (FEUH), siendo el último presidente electo a través del voto directo de la comunidad estudiantil, quien además se impuso a la apuesta de Gerardo Sosa.
Si bien al principio transitaron sin mayores sobresaltos, algo ocurrió que vino una pelea entre el líder estudiantil y el mandamás universitario.
Como resultado, la FEUH desapareció y se fundó el CEUEH, en parte porque las aspiraciones de Gerardo obligaban a querer borrar de todo recuerdo a la agrupación porril y sus excesos, especialmente los sucedidos en la década de los 80.
Tras enquistarse en Morena, el Grupo Universidad pide como “cuota” la candidatura de Tulancingo, pero su antecedente más reciente es el de querer sorprender al propio gobernador con la elección del presidente del partido; pese a perder por apenas dos votos, aún consiguieron un puesto de relevancia dentro de partido guinda, lo que les permite negociar pese a la traición y al yerro cometido por otro exfeuhista y sosista que dilapidó la alianza morenista con otros partidos (Alejandro Olvera "El Cadáver").
Para evitar que el Grupo Universidad quiera salirse del huacal nuevamente, Julio deberá intervenir en la designación de candidatos y es allí donde encuentra un personaje con el mejor perfil para hacerles frente: es conocido por haber contendido en procesos anteriores, pero lo es más porque no ha cambiado su animadversión hacia el Grupo Universidad desde su época como estudiante.
Las rencillas y desencuentros acontecidos hace dos décadas al interior de la UAEH revivirán pronto y ensalzarán un escenario que está ávido de revancha tras los últimos comicios celebrados, donde no son pocos los pobladores de Tulancingo que tienen la convicción de que les robaron una legítima victoria a la mala.
