La autonomía fiscal en las entidades federativas es un cuento que se ha repetido en múltiples ocasiones y que se encuentra muy lejos de convertirse en realidad: apenas el 11% de sus ingresos promedio de las entidades se debe a las recaudaciones que se hacen de manera interna.
Lo anterior, de acuerdo con México Evalúa, no sólo afecta en cuanto a dependencia de aquellos recursos que asignen los legisladores en el Congreso de la Unión sino que impide que aquellos proyectos que se visualicen como estratégicos puedan ser implementados con completa soberanía.
En el caso de Hidalgo, apenas el 6% de sus ingresos se cataloga como propios, estando en la octava posición nacional de mayor dependencia de los recursos federales, condición que le obliga a alinearse a políticas de gobierno tomadas de forma central.
Las recomendaciones son las mismas que en otros ejercicios: asumir el costo político de implementar nuevos impositivos y procurar que se ejerzan, una responsabilidad que debe tener iniciativa por parte de la Secretaría de Finanzas.