La tragedia sucedida alrededor de las 19 horas en el municipio de Tlahuelilpan, Hidalgo, pudo evitarse. Además de la necedad de los pobladores por jugarse el pellejo por unos cuantos litros de combustible, una condición llamó la atención: la nula intervención de los elementos policíacos estatales para detener la rapiña, pese a la peligrosidad.
Desde las 5 de la tarde, salían los primeros informes en los que e daba a conocer una fuga en un ducto de Pemex, aparentemente no bien cerrado por los huachicoleros de la región. Aparecieron videos en los que se estimó al menos dos centenares pobladores sacando el combustible con cubetas y bidones del lugar, mientras se escuchaba un helicóptero merodeando.
Pero no generó disuasión alguna la aeronave.
En tierra, los elementos municipales eran insuficientes para hacer frente a tal número de pobladores, por lo que la respuesta era la coordinación de la Policía Estatal con los elementos federales y castrenses, reservados estos últimos para acciones ofensivas contra las agrupaciones delictivas que se dedican al huachicol.
Tristemente, los elementos de Protección Civil así como una presencia más o menos significativa de policías llegó al lugar, pero después de haberse registrado la tragedia minutos antes de las 7 de la tarde, condición que ha sido esparcida en redes, pero que también pudo constarse en los videos.
La tragedia de Tlahuelilpan refuerza la teoría popular de que en Hidalgo se sabotea el combate al huachicol e incluso el suministro en las gasolinerías, en respuesta a la negativa de AMLO por financiar un Sincrotrón que Fayad prometió, pero del que olvidó que no contaba con 20 mil mdp (1 mil mill USD) ni tampoco con un Congreso que le autorizara la partida incluso a nivel local.
Ya pasada la tragedia, para la que los elementos de la policía estatal y del mismo Batallón en Hidalgo no impidieron la rapiña que habría durado más de dos horas, se hizo presente en Twitter.
Con información de Punto por Punto y AM Hidalgo
