Hasta hace unos años, el segundo empresario más rico de México era un fantasma. No se le conocía el rostro ni en fotos. Hasta el momento, ya acumula un historial como ’patrón explotador’, ’irresponsable’ ante ecocidios, muertes y enfermedades por actividad de sus mineras e incluso es señalado de ’vengativo’ con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo Gobierno le retiró un contrato jugoso para un tramo del Tren Maya y le expropió una parte de las vías de Ferrosur a uno de sus preciados negocios, los trenes de carga. Acto seguido, se generó una crisis migratoria en el centro del país mediante Ferromex.
Alto, güero y siempre trajeado, muestran sus recientes fotografías en informes presidenciales o saliendo de Palacio Nacional. Es Germán Larrea Mota Velasco, dueño de Grupo México, Ferromex y Cinemex (26,600 mdd, Forbes 2023), a quien ’ni su madre lo quiere’, narró el vocero de la sección minera 65 de Cananea, el sonorense Antonio Navarrete.
Su madre es Sara Mota de Larrea, la mujer que posee la mayoría de las acciones de Grupo México y, con ello, es más rica que su hijo, de acuerdo con Bloomberg. Su padre veracruzano Jorge Larrea fue quien fundó todo este imperio en el salinismo y lo heredó a su hijo en los noventa. Germán Larrea también le heredó el gusto por el vino y las carreras de caballos. Egresado de Administración de Empresas en la privada Universidad Anáhuac, recientemente quiso comprar Citibanamex, banco del que fue consejero hasta 2015, pero no se pudo.
Al igual que su mamá, Larrea no da entrevistas, conferencias ni habita el mundo digital. No se sabe con precisión cuándo nació en la Ciudad de México y gusta de viajar a Italia. ¿Su última aparición indirecta? A través de un comunicado de Grupo México (minera Buenavista), donde ’el Rey del cobre’ se pone al tú por tú con la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat), que demostró con estudios científicos que, por negligencia, su minera de cobre derramó tóxicos sobre la cuenca de Sonora y, que a nueve años de ello, mantiene a los habitantes aledaños con metales pesados en la sangre y sin acceso a agua potable.
Pero previamente, a través de Ferromex (que Ernesto Zedillo le concesionó), originó un caos en el flujo migratorio con epicentro en Huehuetoca, Estado de México. Los dos comunicados de su equipo de comunicación argumentaron que ’por seguridad’ de los migrantes el tráfico del ferrocarril con carga –rumbo a la frontera con Estados Unidos– se detendría en algunas rutas sin especificar cuáles.
La decisión corporativa detonó un embudo en la zona y la intervención del Instituto Nacional de Migración (INM), que acordó junto con Ferromex ’ubicar los puntos estratégicos para el rescate y disuasión’ del flujo de migrantes que huyen de la crisis económica y la violencia de sus respectivos países, y también acordaron retornarlos en transporte aéreo y terrestre.
LARREA, EL PATRÓN
En 1988 el padre de Germán Larrea, el empresario Jorge Larrea, compró por 680 millones de dólares las acciones gubernamentales de la mina “La Caridad” en Nacozari y la de “Cananea”, en Sonora, que bajo la gestión del hijo se volvió el reconocido Grupo México, cuya división minera es líder en producción de cobre en el mundo y tiene concesiones para extraer hasta 2062, incluso en Áreas Naturales Protegidas como la reserva de la mariposa Monarca.
Como 100 años atrás, el 30 de julio de 2007 estalló la icónica huelga de Cananea, área donde opera la mina Buenavista del Cobre, la joya de su corona que siete años después derramó tóxicos sobre la cuenca de Sonora. El movimiento obrero inició por la ausencia de condiciones de seguridad y salubridad hasta que en 2010 las fuerzas públicas del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa les arrebataron las instalaciones.
La empresa, con apoyo del Secretario del Trabajo Javier Lozano, les quitó el Contrato Colectivo de Trabajo y contrató a otros trabajadores. Por ello, hasta la fecha hay inconformidades ante tribunales internacionales.
El ahora Senador Napoleón Gómez Urrutia lideró la huelga en Cananea. Autoexiliado a Canadá por deber 54 millones de dólares a los trabajadores tras la venta de Cananea, califica al magnate como alguien “malhumorado, egocéntrico y sin escrúpulos” en su libro El colapso de la dignidad, que aborda otro evento que retrata a Larrea como patrón sin otorgar seguridad y ventilación suficiente: la explosión de la mina de carbón Pasta de Conchos (Industrial Minera México) en Nueva Rosita, Coahuila, que dejó atrapados a 120 metros de profundidad a 65 mineros en febrero de 2006. También dejó a sus familiares aún con la sensación de impunidad por “los cómplices” de Larrea en el gobierno foxista, dijo Gómez. Físicamente, el Senador lo describe como “de piel pálida, ojos claros y una expresión arrogante”.
“El cobarde de Germán Larrea no se presentó en la mina ni para pedirle disculpas a las familias, ofrecer las condolencias y ofrecer los recursos técnicos o materiales para el rescate”, acusó sobre Pasta de Conchos el Senador Gómez Urrutia durante la presentación del libro en marzo de 2020.
El vocero de la sección 65 en Cananea del sindicato minero, Antonio Navarrete, agregó algo más: es un explotador que, “por su hambre de hacer dinero”, ha pisoteado los derechos laborales de los mineros de Cananea, Taxco y Sombrerete, bajo la complicidad de los expresidentes “que parecen gerentes” de Grupo México, así como también la complicidad del exsecretario de Gobernación Fernando Gómez-Mont, que era abogado de la minera.
Aunque en EU, hablando en inglés, Larrea sí tuvo que comparecer en junio de 2008 ante una corte por las acusaciones de ser parte de un complot para llevar a la bancarrota a la minera Asarco LLC al despojar a esta minera de Arizona de una valiosa participación en Southern Peru Copper Corp .
“Es una persona carente de amor hacia el prójimo, que ha pasado por encima de todo mundo y que ha logrado toda esa fortuna que él posee a base de la esclavitud que tiene hacia sus trabajadores”, dijo en entrevista el minero Navarrete. “Es un personaje que obtiene todo a costa de lo que sea, con la corrupción, con el tráfico de influencias pasando por encima de autoridades”.
Y abundó: “Es una persona que tiene mucho resentimiento hacia las personas porque cuando le exigimos nuestros derechos lo único que intenta es reprimirnos, golpearnos; nos quitó el agua potable cuando estallamos la huelga, nos corrió a los hijos de las escuelas privadas y nos quitó lo más elemental, el derecho a la salud, que ni en las guerras está permitido”.
–¿Usted lo considera vengativo?– se le preguntó.
–Sí, es una persona muy vengativa y tal es el caso de nuestro Secretario general el Senador [Napoléon Gómez Urrutia] que tuvo que salir en un exilio forzado porque Germán Larrea intentó acabar con su vida y la de su familia.
Ya fuera de cámara, el vocero minero Antonio Navarrete planteó que el reciente paro de los trenes de Ferromex también lo considera “una venganza” por los diversos roces que ha tenido con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.Dulce Olvera 1 SIN EMBARGO