Los ingresos excedentes que obtuvo el sector público, principalmente por la parte del petróleo y el Impuesto sobre la Renta (ISR), compensaron casi la totalidad del costo que tuvo para el erario otorgar los estímulos fiscales, tanto normal como complementario, a las gasolinas en la primera mitad del año.
De acuerdo con datos del Servicio de Administración Tributaria (SAT), en el primer semestre del año los estímulos fiscales al Impuesto Especial sobre Producción y Servicio (IEPS) a gasolina fueron por 117,398 millones de pesos, mientras que por los complementarios, que se empezaron a implementar desde marzo pasado, la renuncia recaudatoria fue de 44,047 millones de pesos. En total, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador dejó de captar 161,445 millones de pesos.
Según el último informe de la Secretaría de Hacienda, en la primera mitad del año el erario obtuvo 159,437 millones de pesos de ingresos extra, cifra que representa el 98.8% de los estímulos fiscales, por lo que esta parte del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic), que busca evitar incrementos fuertes en el precio de los productos, solamente le habría costado al gobierno de México una inversión extra de 2 mil millones de pesos, condición por la que no recurriría a deuda ni a un reajuste presupuestario mayor.
Información actualizada muestra que en la primera quincena de julio la inflación se ubicó en 8.16%; sin embargo, de no presentarse estos estímulos, podría ser superior a 10 por ciento. De acuerdo con Ramírez de la O, de no haber estos beneficios, la inflación estaría en 2.6% más arriba.
’Estamos viendo buenos resultados con este paquete, pero a su vez vemos en dónde necesita reforzarse. Los compromisos son: no aumentar los costos de energéticos, la apertura de importaciones de básicos, limitar la exportación de maíz blanco para tener una reserva estratégica, asegurar acuerdo con Estados Unidos para importar leche y fertilizantes, tarifas ferroviarias y continuar dando seguimiento a estabilización de la canasta básica’, dijo hace unos días.
Si bien analistas coinciden en que los estímulos sí han logrado limitar el incremento de la inflación, los estímulos fiscales benefician, principalmente, a los contribuyentes de mayores ingresos, por lo cual son regresivos. Belén Saldívar | EL ECONOMISTA