Del grupo de 10 mandatarios que se declaró abiertamente opositor al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) solamente queda el cascarón, toda vez que se encuentra desahuciado al perder a la mitad de sus integrantes.
Y es que solamente 4 gobernadores se mantienen con un nivel de aprobación aceptable por la población. Martín Orozco Sandoval de Aguascalientes y Miguel Ángel Riquelme de Coahuila enfrentarán elecciones en 2022 y 2023, respectivamente, habiendo muestras en diversos sondeos de que su partido político permanecerá en el poder.
Aunque es más lejana la renovación para Enrique Alfaro en Jalisco y Diego Sinhue en Guanajuato, de igual forma se espera una permanencia o por lo menos, que el partido guinda no se convierta en mayoría en dichas regiones.
Pero para el resto de integrantes, la gran mayoría, la historia ha sido muy distinta.
El exgobernador de Chihuahua Javier Corral tiene diversas denuncias en su contra qué enfrentar. Si bien su sucesora pertenece al mismo partido, ella misma ha denunciado que dejó deudas hasta por 75 mil millones, por lo que no se descarta que a la lista de denuncias se una la de peculado. Maru Campos ha declarado no estar interesada en unirse al “grupito” que conformó la Alianza Federalista.
José Ignacio Peralta, exgobernador de Colima, “perdió” las elecciones en su respectiva entidad, siendo aplastados su grupo y su partido por Morena y lo mismo sucedió con Silvano Aureoles en Michoacán. Ambos personajes enfrentan diversas acusaciones de corrupción, de excesos y no se extrañaría que en los próximos meses les sean vinculados delitos diversos relacionados con la corrupción.
A este grupo se unirá José Rosas Aispuro de Durango, cuyo partido también saldrá por la puerta de atrás en 2022 y donde se espera que salgan a relucir todas sus corruptelas -por algo la ciudadanía los quiere fuera. Escenario parecido es el que vivirá Cabeza de Vaca en Tamaulipas, cuyos señalamientos no han esperado a que deje sus funciones e incluso ha tenido que ampararse y ocupar el poder que le queda para tratar de blindar su salida, aunque probablemente no será suficiente si las órdenes de aprehensión salen desde el gobierno de los Estados unidos.
Jaime Rodríguez Calderón, exgobernador de Nuevo León, también enfrenta diversos señalamientos de corrupción por parte de la nueva administración así como la acusación de desviar miles de millones de pesos. Pese a ello y aunque desaparezca del panorama político, probablemente pueda llevar una vida más tranquila toda vez que no existe interés en llevarlo a la justicia por parte de Samuel García. De cualquier forma, el nuevo mandatario no está en la Alianza Federalista.
El último clavo en el ataúd para la Alianza Federalista es que la Conago, aquella que agrupa a los mandatarios del país, será presidida por el gobernador de Hidalgo Omar Fayad, mismo que aunque pertenece al PRI, ha señalado abiertamente que apoya al presidente AMLO.