Tras el enfrentamiento verbal entre el presidente de la república y el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) se confrontaron dos posturas: la del mandatario Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que asegura que el instituto sólo convalidaba fraudes, y la de Lorenzo Córdova, quien señala que el organismo es puro y autónomo.
La historia sin embargo, se pone del lado del actual mandatario federal.
Luego del fraude electoral de 1988 que dio a Salinas de Gortari la victoria, orquestada, entre otros, por el actual titular de CFE Manuel Bartlett, la presión popular obligó a fundar el entonces Instituto Federal Electoral (IFE), ahora INE.
De 5 elecciones presidenciales, si bien en las primeras dos no existían datos suficientes para realizar estudios científicos por pares, en las subsecuentes sí, quedando demostrado que en las de 2006 y 2012 hubo manipulación de resultados.
El autor de dicha investigación fue el reputado científico Jorge Alberto López Gallardo de la UTEP (USA), quien con otro grupo de investigadores de igual renombre realizaron colaboraciones en diversas áreas que demostraron el fraude.
La prueba más contundente, el avance de los cómputos con una ’curva característica’ -función- que dio la victoria a Calderón; en 2012 se presentó exactamente la misma curva sólo que con un valor de ’X’ más alto -mayor concentración de votos- que en el ámbito real, tenía una probabilidad de repetirse casi nula bajo las mismas características.
Esos hechos, aunados a docenas de aportaciones científicas de diversos colaboradores llegaron a la misma conclusión: fraude electoral.
Resalta que para ambos casos, el principal afectado fue el propio AMLO, que hoy acusa al INE de validar fraudes y quien dijo que en 2018 el apoyo aplastador a su figura impidió el fraude.
Los científicos citados concordaron en parte sobre dicha afirmación con AMLO: no es que no se fraguara un fraude electoral con las mismas características, sino que las condiciones no les permitieron realizar la misma operación.
El propio titular del INE Lorenzo Córdova, se debe a "fraudes legitimados" que ha venido replicando. Es el primer consejero presidente que durará en su cargo 9 años, además de los 3 que ya llevaba como consejero, lo anterior, bajo el auspicio del régimen pasado que le interesaba perpetuarse y poder "meter mano" en asuntos electorales.
Antes de Córdova, los consejeros presidentes sólo duraban 3 años y no podían reelegirse precisamente para no concentrar poder ni estar al servicio de un grupo político en particular.
Pero Lorenzo Córdova también violó la ley para imponer a uno de sus incondicionales. En febrero pasado, adelantó la elección del secretario ejecutivo, a solicitud del presidente del INE.
La acción se efectuó meses antes de su término oficial dado que Córdova quería perpetuar a su alfil y para ello necesitaba hacerlo antes de que llegaran los 4 nuevos consejeros, quienes seguramente no habrían aceptado que el mismo personaje ocupase el mismo cargo hasta por 18 años, gracias a modificaciones e interpretaciones a modo del reglamento.
Incluso consejeros al interior del INE llamaron a Córdova "farsante" por el acto anterior y no sería sorpresa que en la próxima renovación de consejeros, o bien presente su renuncia (porque no tendrá mayores representantes y tendrá las manos atadas) o bien quede como florero, pues ya no existe interés alguno en seguir beneficiando al PRIAN y ello se antoja difícil para los nuevos consejeros.
La legislatura en 2014, dominada por el PRIAN, desapareció el IFE para dar paso al INE, movimiento que les permitió perpetuar a todos los consejeros anteriores, pues "habían sido consejeros del IFE, no del INE", además de otorgar periodos considerablemente más largos a sus representantes: de 9 años para el presidente y de 6 para el secretario, sujeto a ser reelecto este último cuando antes los periodos los periodos era, 3 y 6 años, respectivamente, sin posibilidad de reelegirse.