A un año de que llegara a México la pandemia por coronavirus a un país la economía de muchos mexicanos se ha visto trastocada que, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), con 71 millones de personas que no cuentan con seguridad social y 20.2 millones sin acceso a los servicios básicos de salud.
Los gastos para lidiar con cualquier enfermedad desequilibran la economía de muchos hogares y más con una que con el pasar de los meses fueron descubriendo su vacuna y su tratamiento.
Para medir el impacto en la economía, de acuerdo con Coneval, referente a los ingresos de los hogares mexicanos 61.1 millones de personas, es decir, el 48.8% del país, tiene un ingreso inferior a la línea de pobreza, o sea, los recursos que obtiene sólo cubren las necesidades de una persona al mes.
De acuerdo con datos de Profeco y la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), quien enferma de Covid-19 presentando síntomas leves tendrán que gastar hasta 22 mil 470 pesos en pruebas para la detección de 6 mil pesos en total, insumos durante el encierro, consultas médicas con privados que sumarían hasta 5 mil pesos
Por otro lado quienes precisan de un hospital pero en su momento se encontraban llenos, tuvieron que llevar su tratamiento desde casa, comprar su medicina con un costo aproximado de 4 mil pesos para el tratamiento completo, oxígeno (14 mil pesos) llegando a gastar hasta 67 mil 470 pesos; contemplando el gasto de los síntomas leves; dejando en apuros a muchas familias que tienen en su hogar más de un enfermo.
A pesar de eso, por la naturaleza de la enfermedad, en cientos de casos acudir a los servicios de salud pública para atender el COVID-19 ha sido una opción para quienes requieren la hospitalización, que de enfermar severamente serían intubados y si se encuentran en un nosocomio privado podrían gastar hasta 1 millón de pesos llevando a un panorama fatalista donde el paciente se encuentra en la etapa terminal; los familiares gastarían hasta 45 mil pesos de un paquete funerario. Con información de Daniela Barragán | SIN EMBARGO
