A más de tres años de la reforma laboral que prohibió la subcontratación en México y modificó 10 leyes federales, el Banco de México (Banxico) afirma que las regulaciones laborales que restringen prácticas como la subcontratación benefició la estabilidad laboral y los aumentos salariales.
En su momento Coparmex, Canacintra y el Consejo Nacional Agropecuario rechazaron mediante un comunicado público la amenaza contra la subcontratación, manifestaron que ello supondría un daño a la competitividad del país (a empresas de todos los tamaños y trabajadores), y expresaron que esto conllevaría un embate contra la libertad de contratantes y empleados, reafirmando la necesidad de acabar con los comportamientos indebidos (en los que algunos pocos han incurrido) mediante la supervisión por parte de las autoridades.
Sus argumentos quedaron sin algún fundamento; de acuerdo con el reciente informe de Banxico "Subcontratación, empleo y salarios: Evidencia de una reforma en México", publicado a finales de diciembre, concluye que las modificaciones a la legislación laboral, fiscal y de seguridad social tuvieron un impacto positivo en el empleo y mejoraron las condiciones laborales.
Sin embargo, entre 2003 y 2018, los Censos Económicos muestran un aumento de trabajadores subcontratados del 6% al 18% de la fuerza laboral formal.
Para principios de 2021, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) reportó 5 millones de trabajadores bajo este esquema, de los cuales 2.9 millones lo hacían de manera ilegal, sin el reconocimiento de sus verdaderos empleadores.
’El outsourcing se convirtió en un esquema prominente en el mercado laboral mexicano, tal como en otros países. Sin embargo, crecieron las preocupaciones sobre el potencial mal uso de esta figura y su impacto en inequidad salarial dentro de las empresas.
’Las investigaciones realizadas demuestran que los salarios de los trabajadores tienden a disminuir cuando pasan de empleadores directos a firmas de subcontratación. Además, a las autoridades les preocupaba que el outsourcing se usara en detrimento de las condiciones y derechos de los trabajadores, particularmente cuando realizan labores permanentes en una empresa, pero son clasificados como subcontratados’, explica Banxico.
De esta manera, la reforma promulgada en abril del 2021 prohibió la subcontratación de personal al considerarla defraudación fiscal y permitió solamente la tercerización de obras y servicios especializados, con un registro público de las empresas del sector y las multas más altas de la historia por incumplimiento.
El análisis del Banco de México realizado por José L. Casco, León Fernández y Laura Kurczyn se centró en los efectos de la reforma en el empleo formal en el sector privado y en el nivel de salarios de los trabajadores regularizados, es decir, que fueron reconocidos por sus patrones reales tras los cambios.
’Los resultados muestran que los trabajadores que transitaron de la subcontratación a un empleo con contrato directo presentaron una mayor probabilidad de mantener su empleo en el sector formal privado en comparación con un escenario contrafactual sin reforma. Además, los salarios de los trabajadores que pasaron a un empleo directo a causa de la reforma aumentaron entre un 3 y 4%’, se detalla en el informe.
Sobre la estabilidad laboral, el análisis destaca que los trabajadores que fueron regularizados, que de acuerdo con datos de la STPS y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) suman casi 3 millones de personas, presentaron mayor probabilidad de permanecer en su empleo, elemento que en promedio aumentó 6 puntos porcentuales en los primeros meses de la reforma.
Respecto a los salarios, si bien se calcula un aumento promedio de 3% en las percepciones de los trabajadores que salieron de la subcontratación, el impacto varió en función del género y la edad. Para las mujeres, la mejoría en sus ingresos fue de 4%, frente a 2.5% en los hombres; para los trabajadores jóvenes, el aumento fue de 2.5%, mientras que para los mayores de 35 años fue de entre 1.5 y 2 por ciento.
Además, destaca el banco central, la fuerza laboral regularizada de actividades como la manufactura y el comercio, así como la de empresas de más de 1,000 empleados, fue la que percibió los incrementos salariales más significativos tras la reforma.
’El análisis realizado muestra que restringir la subcontratación en actividades medulares mejoró las condiciones laborales de los trabajadores regularizados, aunque con diferencias según las características de los trabajadores, así como según las regiones y sectores de las firmas donde laboran. A futuro, es necesario analizar los impactos de largo plazo de la reforma y realizar evaluaciones que integren los efectos combinados en eficiencia, flexibilidad del mercado laboral y distribución factorial del ingreso’, se expresa en el documento.Con información de EL ECONOMISTA