Atrás quedó el tiempo en el que se ponían frandes expectativas en la actual legislatura de mayoría morenista así como la promesa de seguir una agenda progresista, pues a quince días de dejar sus cargos los diputados de Morena respaldaron la pelea de gallos como patrimonio inmaterial de Hidalgo, decisión que transgrede todo discurso de transformación en el país.
Con 24 votos a favor, 2 abstenciones y un voto en contra, en la sesión extraordinaria aprobaron el decreto que nombra a los Combates de Aves como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado, propuesta que fue impulsada en un principio por el diputado Rafael Garnica Alonso, de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Lo anterior pese a que hace quince días el gobernador de la entidad, Omar Fayad Meneses, utilizara su derecho de veto para señalar las irregularidades ante lo cual resultaría insostenible el decreto.
Una de las irregularidades que evidenció fue que con base en los criterios emitidos y desarrollados por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en el amparo 163/2018 señala que cualquier práctica que implique el maltrato y sufrimiento innecesario de los animales no puede llegar a considerarse una expresión cultural amparada ni aprobarse de manera definitiva por la Constitución.
"Transgrede la esfera de atribuciones del Poder Ejecutivo Estatal y, por otra, no puede concebirse a las peleas de gallos, como una expresión cultural con base en los criterios emitidos y desarrollados por la Primera Sala de SCJN", argumentó el gobernador.
La Ley Federal de Sanidad Animal en su artículo 23 establece que ’El sacrificio humanitario de cualquier animal no destinado al consumo humano, sólo estará justificado si su bienestar está comprometido por el sufrimiento que le cause un accidente, enfermedad, incapacidad física o trastornos seniles, de ser posible previo dictamen de un médico veterinario, con excepción de aquellas especies animales que por cualquier causa, la Secretaría o las Secretarías de Salud o Medio Ambiente y Recursos Naturales, determinen como una amenaza para la salud animal o humana o para el medio ambiente’.
Desprovisto de argumentos, indicaron que fue con el fin de salvaguardar las aves de combate, pese a que son los gallos domésticos los que ocupan para semejante tortura animal con fines lúdicos.
Al igual que en la sesión de junio, en esta ocasión los legisladores señalaron que los combates de distintas aves han adquirido ’una popularidad singular’ entre la ciudadanía y aseguraron que son una tradición mexicana que ha perdurado por decenas de años.
De igual forma, los diputados locales aseguraron que los combates generan alrededor de 8,250 millones de pesos anuales en el país.
No es un patrimonio cultural lo que aprueban, es la normalización de realizar maltrato animal, lo que para los gallos "elegidos" significa una desdichada vida que, como si de esclavos romanos se tratase, pelean a muerte con su propia especie.Con información de la Silla Rota Hidalgo