En el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador la participación del combustible importado en el consumo nacional se redujo de 72.3% a 60.7%, una sexta parte, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Energía (Sener) y de Petróleos Mexicanos (Pemex) a agosto pasado.
Aunque ese porcentaje debería seguir bajando una vez que la refinería Olmeca acelere su producción y cuando se concluyan las modernizaciones de las refinerías de Tula y Salina Cruz el próximo año, la reducción sexenal se quedó corta considerando que la apuesta del gobierno lopezobradorista era que a su término México dejara de importar combustibles.
A agosto del 2024 Pemex y comercializadores privados trajeron del exterior 792,385 barriles diarios de combustibles automotores y aéreos (gasolina, diésel y turbosina), que representaron 60.7% de un consumo aparente que ascendió a 1 millón 305,985 barriles.
En contraste, durante el 2018 se importaron 935,128 toneles diarios, que significaron 72.3% del consumo aparente que ese año sumó 1 millón 293,276 barriles diarios.
De las importaciones realizadas hasta agosto de este año, en números cerrados 510,000 barriles diarios corresponden a gasolina, 220,000 a diésel y 62,000 a turbosina.
De estas, los comercializadores particulares —para quienes se abrió el mercado a partir del 2016— participan con alrededor de 25%, alrededor de 10 puntos porcentuales menos frente a la cuota pico de 35.9% que alcanzaron en el 2021.
Esto coincide con los esfuerzos de Pemex por recuperar participación de mercado y también con las políticas del gobierno orientadas a ese fin, como el endurecimiento de las condiciones para el otorgamiento de permisos de importación y almacenamiento de combustibles a privados.
Cuando opere en condiciones normales, la refinería Olmeca debería aportar alrededor de 260,000 barriles diarios de combustibles, lo cual podría reducir las necesidades de importaciones a poco más de 500,000 barriles diarios.Octavio Amador | EL ECONOMISTA