El Partido Liberal canadiense eligió a Mark Carney como primer ministro de Canadá y nuevo líder del partido el domingo 9 de marzo. Carney reemplaza a Justin Trudeau, quien estuvo al frente del país durante casi diez años.
El nuevo primer ministro asume el cargo en un momento de tensiones comerciales con Estados Unidos, uno de sus principales socios económicos. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha tensado los lazos que mantenían Canadá y Estados Unidos durante las administraciones de Trudeau y Joe Biden.
Carney, exbanquero, ganó con el 85.9% de los votos, superando a la exministra de Finanzas Chrystia Freeland. En la elección participaron casi 152.000 miembros del partido.
Tras su victoria, Carney declaró que se siente preparado por sus experiencias para afrontar el turbulento momento que vive Canadá.
Carney llega en medio del ocaso de su antecesor.
El declive de Trudeau, quien fuera hasta hoy la cara oficial del Gobierno canadiense, empezó el año pasado, con su desplome en las encuestas ocasionado por los efectos negativos de sus principales políticas y la crisis migratoria a la que debe hacer frente Canadá.
Trudeau, de 53 años, asumió el cargo en noviembre de 2015 y fue reelegido dos veces, convirtiéndose en uno de los primeros ministros de Canadá con más años en el cargo.
Pero su popularidad comenzó a caer hace dos años en medio del enojo público por los altos precios y la escasez de viviendas, y su suerte nunca se recuperó.
Las encuestas muestran que los liberales perderán por mucho ante los conservadores de la oposición oficial en una elección que debe celebrarse a fines de octubre, independientemente de quién sea el líder.
Trudeau había podido hasta hace poco defenderse de los legisladores liberales preocupados por las encuestas y la pérdida de escaños seguros en dos elecciones especiales el año pasado.
Pero los pedidos de que se haga a un lado se han disparado desde el mes pasado, cuando intentó degradar a la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, una de sus aliadas más cercanas en el gabinete, después de que ella se opusiera a sus propuestas de mayor gasto.
En su noveno año como primer ministro, la impopularidad de Justin Trudeau creció considerablemente con una opinión pública que se deteriora con el alza del costo de vida, la escasez de viviendas, y los fracasos de las políticas que han erosionado el fuerte apoyo a la inmigración.
Y es que, aunque por parte del Gobierno se destaca una inflación que ha perdido fuerza y en noviembre llegó hasta el 1,9% anual, por debajo del objetivo del Banco Central y se consagra como una de las más bajas dentro de las economías del G7, el descontento de muchos ciudadanos se enfrasca en la apertura de las puertas a la migración.Con información de AP | REUTERS