Morena y el Partido del Trabajo (PT) analizan alternativas para saldar la deuda del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), lo que podría obligar a la misma banca que sobornó políticos para que hicieran de una deuda privada una pública, a responsabilizarse de su pago.
El Fobaproa, autorizado por el expresidente Ernesto Zedillo, fue un recurso entregado a la banca privada mexicana bajo el argumento de que habría una severa crisis financiera de no hacerlo. La banca hizo negocios especulativos, obteniendo grandes beneficios, y luego hizo que el gobierno mexicano pagara su cartera vencida.
Previo, al estar enterada la clase política del tipo de movimiento que se realizaría, de un saldo inicial de 180 mil millones, se apresuraron a tramitar adeudos particulares por 370 mil millones más, lo que derivó en una pérdida para el país, y una forma de hacerse de inmuebles de manera gratuita para los priistas y los panistas entonces involucrados.
Al corte de 2023, se habían pagado ya alrededor de 1.8 billones de pesos en intereses y el saldo original es ahora de 1.7 billones, mismos que se pagarían en al menos 5 décadas más.
Aunque aún no se ha abundado en las opciones del gobierno para saldar la deuda del Fobaproa, lo cierto es que no existen tantas alternativas como se podría creer.
Negarse a pagarla no es, ni será una de las opciones, pues serían mayores las consecuencias de la desconfianza en los bonos mexicanos que los beneficios que se obtendrían del pago de la misma, aunque eso no quiere decir que se crucen de brazos.
Banxico tiene reservas con un saldo histórico acumulado durante el sexenio de López Obrador y a diferencia de gobiernos anteriores, el ejecutivo federal no dispuso ni un peso de dichos recursos -o más bien, fue el único mandatario al que Banxico negó cumplir con sus obligaciones-. Ese recurso equivale a 2.5 veces el adeudo.
A la par, se buscaría negociar con los tenedores de la deuda para que ofrezcan un precio más conveniente por la misma e incluso, se debería revelar a los grandes beneficiarios del Fobaproa, que, como se mencionó antes, triplicaron la cartera vencida de la banca incluso antes de aprobar el rescate bancario, teniendo su enriquecimiento como una condición previa a la autorización.