El problema del COVID-19, se sabe, no es su mortalidad, sino que la propagación -inevitable- sea tan acelerada que sature los sistemas de Salud, haciendo imposible el poder atender a los enfermos críticos. Aunado al hospital inflable de Omar Fayad con 50 camas en Pachuca, en Huejutla existe ’virtualmente’ un espacio para otras 50, pero el problema es que llevan años abandonadas.
El primero de estos inmuebles se encuentra en la colonia Campamento de Huejutla.
La clínica tiene dos niveles, donde el segundo de estos es un espacio abierto de 20 x 10 metros, suficiente para albergar, como mínimo, 30 camas para dar aislamiento y cuidados a los habitantes de la huasteca hidalguense.
La “gracia” radica en que fue edificada de forma bipartita entre el Ayuntamiento y los colonos. La presidencia puso casi un millón de pesos y los habitantes otro tanto en mano de obra y algunos materiales. Incluso, el exalcalde de Tepehuacán de Guerrero Jorge Luis Bautista donó los casi 200 metros cuadrados de terreno en que se ubica.
El dato anterior no sería revelador a no ser que pese a que la donación se hizo hace una década, ni siquiera ha sido escriturado el inmueble a nombre de sus nuevos dueños, pagando el político a la fecha, el predial del inmueble.
“No da ningún servicio. Salud Hidalgo la "equipó" con desechos de otras clínicas enviando dos unidades dentales con 25 años de uso y de vez en cuando algún médico pasante o de servicio social”, afirmó Bautista.
La parte baja de la clínica consta de dos consultorios, sala de capacitación, sala de espera o recepción, farmacia, dos baños, etc.
“Soñé que desde esta modesta clínica se atendieran a casi 10 colonias del oriente de Huejutla, pero no fue así. Como estas, hay clínicas y hospitales abandonados en toda la entidad donde sólo les interesó edificarlas a las autoridades para tener un “moche”,pero ya luego nadie se preocupa por operarlas”, afirmó.
La clínica de Las Chacas
La clínica rural Silvia García de Alba de Rojo Lugo, edificada hace dos décadas, no tuvo un destino distinto a la de la Colonia Campamento.
Con un espacio de alrededor de 100 metros cuadrados, sigue sin operar, aunque ocasionalmente es usada para la esterilización de perros y con menos frecuencia, para la vacunación de los pobladores. Tuvo un anexo como plaza comunitaria que ofrecía internet gratuito.
Como los anteriores, hospitales en Zimapán, Metztitlán y Pachuca fueron edificados por administraciones de diversos gobernadores, haciendo eventos de gala para la colocación de las primeras piedras, pero su mayor problema es que nunca se preocuparon por equiparlas ni buscar su operación.