Con las recientes reformas a los estatutos del PRI, no sólo el dirigente del partido puede reelegirse hasta dos periodos más, teniendo una prórroga de meses en el último mandato si se cruza con alguna elección en proceso, sino que tanto la figura de Secretario General así como los dirigentes en entidades y municipios gozarán del mismo ’beneficio’.
Lo anterior abre la puerta para que Carolina Viggiano vuelva a contender por la gubernatura en 2028 e incluso en 2030, pues en su figura recae el palomeo de los candidatos a elección popular de todo el país mediante polémicas reformas que llevó a cabo la misma dirigencia con anterioridad durante la pandemia.
Dados los resultados mostrados en las últimas contiendas, donde su apoyo ha venido a menos, es prácticamente seguro que pierda en 2028, pero aún estaría en la posibilidad de inscribirse en 2030, cuando por fin se empaten las elecciones estatales con las federales.
Para 2030 sin embargo, vería su última candidatura palomeada por ella misma, pues si bien terminaría en 2032 su gestión junto con la de Alito Moreno, la reforma antirreeleccionista de Morena impediría que volviera a postularse por el mismo cargo, en este caso el Senado, quedando como alternativa solamente el que se autoasigne una diputación federal para dicho periodo, amarrando así puesto hasta 2033, es decir, 9 años más y con dos candidaturas al gobierno de Hidalgo en el periodo.
Es así que aunque Carolina Viggiano haya perdido el control caciquil que se tenía sobre su natal Tepehuacán de Guerrero, ahora lo tiene sobre el PRI nacional.