El director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) del Instituto Nacional de Salud Pública, Simón Barquera, presentó un nuevo etiquetado que estaría en la parte trasera de los productos alimenticios procesados, adicional al etiquetado frontal, con el fin de detallar las porciones de cada ingrediente que contiene por envase, al igual que la declaración nutrimental por cada 100 gramos.
Los productos ahora tienen que detallar la cantidad de proteínas, grasas saturadas y trans, al igual que hidratos de carbono, fibra dietética, sodio, azúcares y azúcares añadidos, con el fin de que los consumidores estén informados de lo que consumen día a día y contribuir a prevenir la diabetes, así lo informó el director.
Por otra parte, crearon un octágono pequeño para productos de menor tamaño, que contiene un número equivalente al número de sellos que le corresponde, con el fin de evitar el aumento de consumo de microchatarra.
El director destacó que evaluarán campañas educativas en niños a través del programa ’Salud en tu escuela’, para ’ver cómo los niños interpretan este etiquetado, [porque] es importante que lo aprendan a utilizar; y finalmente, a largo plazo, en uno o dos años vamos a poder ver el impacto que tiene sobre el consumo de alimentos’
A cuatro años de implementarse el etiquetado de comida chatarra en Chile, la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, la Universidad de Carolina del Norte y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), investigó la respuesta que obtuvo en los consumidores; los resultados fueron que la población chilena prefiere comprar productos con menos sellos o sin ellos, cambiando principalmente los niños, quienes influyen en sus padres y tutores a la hora de comprar productos.
El impacto que tuvo la industria de alimentos y bebidas en el caso chileno, ésta activó una fuerte oposición a través de campañas en contra del etiquetado de advertencia, utilizando figuras públicas.
El impacto del etiquetado en los consumidores chilenos ha sido favorable, el 48.1% de la población ha tomado en cuenta los sellos para comparar los productos a la hora de comprar y entre quienes comparan un 79,1% indica que influyen sobre su compra. Con información de CONTRALÍNEA
