En el actual sexenio, la minería en México se adentrará en una nueva etapa, en la cual no solo deberá ser más responsable y solidaria, sino que también deberá comprometerse a procesar los minerales dentro del país. Esto implica dejar atrás el extractivismo y la especulación que marcaron a la industria durante el periodo neoliberal, como lo destacó Fernando Aboitiz Saro, jefe de la Unidad de Actividades Extractivas de la Secretaría de Economía.
En una entrevista con La Jornada, el funcionario enfatizó que hubo un periodo de seis años de distancia entre el gobierno y la industria minera, el cual fue necesario para replantear el sector y orientarlo hacia un nuevo rumbo. En este nuevo enfoque, se espera que las empresas asuman una responsabilidad hacia la sociedad, fomenten la investigación y, sobre todo, que el Estado no actúe solo como un ente recaudador de derechos, sino que tenga una participación más activa como propietario y explotador de los minerales.
Este periodo de separación con la industria fue indispensable. Sin las acciones realizadas por el presidente López Obrador, no estaríamos en la situación actual. Él planteó una serie de exigencias a la industria minera, señalando que existía una gran cantidad de territorio concesionado en el país, que se estaba utilizando para especulación, además de los problemas ambientales y sociales que había que abordar.
Durante su sexenio, el ex mandatario López Obrador implementó medidas que impactaron a la industria minera, entre otras, la suspensión de nuevas concesiones, con el argumento de que en sexenios anteriores se había concedido una extensión desproporcionada del territorio y que los permisos eran usados de manera especulativa.
Además, el anterior presidente logró en 2022 la aprobación de una reforma para nacionalizar la exploración y producción de litio, reservándola al Estado mediante una empresa pública.
Aboitiz Saro confirmó que durante la actual administración no se ha dado ni una nueva concesión, pero debido a los avances en la administración pasada, ya se analiza otro modelo completamente diferente que evitará que éstas se usen de manera especulativa y, sobre todo, que la participación del Estado sea mayor. No obstante, sobre si se reanudarán este año, dijo que dependerá de las instrucciones que dé la presidenta Claudia Sheinbaum.
Pasamos de la queja del ex presidente de que la mitad del territorio estaba concesionado a tener sólo 10 millones de hectáreas al final de su sexenio, y en lo que va del presente se han reducido en 400 mil. Ha habido una baja que se explica porque antes había muchas concesiones que no se explotaban, pero servían como activos especulativos para las empresas; es decir, iban a Londres o Toronto, y eso les permitía obtener dinero; lucraban con los bienes del pueblo, explicó el funcionario de la SE.
Para Aboitiz Saro, en la próxima revisión del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que se prevé comience entre septiembre y octubre de este año, será fundamental incluir un capítulo referente a la minería, dado que se trata de una industria que tiene la capacidad de ayudar a la región a competir frente a China, sobre todo en un momento como el actual en el que el país asiático lleva la delantera.
Es un tema de estrategia regional, donde tendríamos que, entre Canadá, México y Estados Unidos, garantizar nuestras capacidades de producción para la cadena de valor completa, dado que ahora China acapara mundialmente los minerales, entonces, entre los tres tenemos que tener bien armada nuestra postura de cómo vamos a poder suministrar nuestras cadenas completas para fortalecer la región, apuntó.
Enfatizó en que ampliar la capacidad productiva de la región en materia de minerales y tierras raras es clave para garantizar el futuro y competir con China.
Destacó que también cobra importancia el Comité Educativo de Minería México 2025, firmado el pasado miércoles entre el gobierno y la iniciativa privada, pues no sólo tiene el objetivo de que la industria sea más social, sino también que aumente el apoyo para la enseñanza, con inversiones en universidades con el fin de tener alumnos más preparados para que, posteriormente, sean ellos los encargados de procesar los minerales en el país y así no tener que exportarlos y luego regresarlos transformados.
Otro punto en el que el gobierno será muy enfático, resaltó, es en la inseguridad que acecha a la industria, por lo cual ya trabaja en la implementación de algunos sistemas que permitan dar seguimiento a camiones y ubicar telecomunicaciones para saber en dónde se roban materiales. No obstante, por el otro lado, también habrá cero tolerancia hacia la extracción ilegal, sobre todo aquella en la que se detecte una relación con el crimen organizado.
Respetaremos los derechos adquiridos y vamos por una minería más inteligente en la construcción de cadenas productivas, pero también queremos acabar con el extractivismo, eso ya no lo queremos más. Si vemos que de pronto les da por regresar al neoliberalismo, pues ya saben qué les espera, concluyó.LA JORNADA