Jorge Luis Bautista
Al buscar descripciones y explicaciones sobre las fronteras de la ambición humana se topa uno con aquello de que tal condición a partir del "descubrimiento" de la propiedad privada, hace que el único límite al deseo de robar se alcanza cuando se agota lo robable. Para desgracia de la humanidad, poco se ve la intención de concientizar un cambio.
Vemos a diario casos que validan una de las peores mañas desarrolladas por nuestra privilegiada condición humana, siendo una realidad palpable que una pequeña parte de la sociedad no tiene llenadera y se ve afectada la mayoría de la población.
El saqueo histórico de naciones y regiones es tratado de justificarlo bajo el argumento de que ha servido y sirve para que los saqueadores sólo se dediquen a orquestar la explotación mundial mientras descansan en su pedestal, vendiendo la falsa idea de que los conocimientos e inventos son en "beneficio" de los explotados.
Por eso hoy, es que en su mayoría el conocimiento mundial proviene de la holganza Europea financiada con el saqueo del resto del planeta.
Primero se llevaron con la frente en alto lo plausible, a su parecer, y al alcance del tacto, apoyado por un caballo, una espada y un arcabuz.
Después, escarbaron con uñas y manos de los indígenas para darle "auge" al saqueo de minerales, como lo denominan algunos historiadores. Dejaron sólo montones de cadáveres de indígenas y para los que conocen Pachuca, Hidalgo también cerros de residuos de escombros con químicos tóxicos que se han lixiviado a los mantos acuíferos, o que el bello aire de la Ciudad airosa se ha encargado de que nadie se quede sin su ración de " jale".
El paso del tiempo provocó que la " rentabilidad " del saqueo minero dejará de ser lo que ellos querían. Siguieron con el petroleo, y nos han traído con un cuento de hadas de los yacimientos en aguas someras o profundas, de que no tenemos tecnología y por eso hay que depender de extranjeros, de que el "popote" de los gringos llega hasta por debajo de los Pinos, de que Fox, Peña, Calderón y muchos otros ya son jeques con huaraches.
En fin, ya cuando los tesoros robables se defendían de la voracidad humana, los millonarios, junto a sus peones políticos, nunca se tentaron el corazón para darle continuidad al eterno saqueo. Eso explica el por qué de los incendios de bosques y selvas milenarias, provocados por ambiciosos, de esos que deambulan por todos lados y que les da lo mismo asesinar al pulmón mundial Amazónico o al humilde bosque de Pueblo Nuevo en Mineral del Chico, Hidalgo.
¡Solamente por la naturaleza humana ladrona de unos pocos!
