La Huasteca está siendo afectada por la falta de consciencia de las personas, menciona el biólogo Isaías Morales, quien exhorta a los lugareños a frenar este problema que origina muchos cambios climáticos, impactando a las siguiente generaciones.
En su testimonio menciona que la Huasteca siempre se ha caracterizado por el verde de sus paisajes, convirtiéndose en un atractivo turístico acompañado de una variada gastronomía, sin embargo en las últimas décadas éste se ha deteriorado por el cambio de uso de suelo, las temperaturas van en aumento, la deforestación y la extracción de material pétreo de los ríos han afectado significativamente la zona.
"Sumado a que la cultura de los ciudadanos en el tema de educación ambiental como el manejo adecuado de la basura, en muchas ocasiones provoca inundaciones en sus calles", menciona Isaías Morales.
El parque vehicular ha ido aumentando, provocando grandes emisiones de gases por lo que se deben implementar acciones para mitigar los efectos a futuro, enfatizando que aún estamos a tiempo para solucionarlo donde trabaje el gobierno y la población de manera conjunta para preservar el lugar.
El mes pasado habitantes del municipio de Jaltocán han denunciado una fuerte pestilencia originado por una fuga de aguas negras por una obra que está en malas condiciones en una calle de la localidad.
Se registra el mismo caso en el arroyo conocido como el Chinguiñoso, a la altura del acceso a la colonia Adolfo López Mateos, en Huejutla, ciudadanos han solicitado reiteradamente la intervención del área de ecología del municipio de Huejutla, así como de las autoridades sanitarias del gobierno del estado de Hidalgo.
Este cauce, que se une al río Tecoluco, es de los pocos afluentes naturales que durante todo el año mantiene ligera corriente de agua proveniente de pequeños riachuelos que crecen en la Sierra y que logran llegar a la parte baja de la Huasteca, sin embargo, la desatención de la autoridad y la inconsciencia de la gente al tirar desechos orgánicos está acabando con este recurso, afirman pobladores. Enrique Villegas | VANGUARDIA