La Hoguera
Emmanuel Ameth
La lucha por la dirigencia estatal de Acción Nacional en Hidalgo se resolvió de la única forma posible para prolongar un poco su existencia: rechazando al Grupo Tellería, clan del que solamente resaltara como ejemplo para la clase política el difunto José Antonio Tellería Beltrán, imagen que no se ha podido manchar pese al arribismo de su exesposa, hermana, cuñado y cuanto familiar ha querido colgarse del trabajo que este hizo y del que nunca se preocuparon por emular.
El títere en turno del Grupo lleva por nombre Prisco Manuel, quien se ha vuelto un experto en perder las contiendas por la presidencia del partido a la vez que no ha dejado a ’manía’ de falsificar documentos, lo mismo en las minutas que hiciera como Secretario General hace algunos ayeres como realizando firmas apócrifas para poder contenderen un ejercicio donde le ganaron por 2 a 1 en votación.
Es cierto que aunque es difícil saber cuál de los ayuntamientos panistas de Pachuca o La Reforma se conduce peor, la balanza se inclina del lado del encabezado por Yolanda Tellería dado que este ha optado por favorecer las manos privadas -¿de sus socios?- por sobre la ciudadanía. Recuérdese que tanto los parquímetros que defendió como el contrato arrendamiento de luminarias que entregó mediante irregularidades tuvieron por beneficiarios a empresarios señalados por sobornar y cooptar a autoridades locales a lo largo del país.
Independientemente del efecto López Obrador que aún permeará cada rincón del país cuando vengan las elecciones por las alcaldías, si algo tiene seguro el PAN es que perderá los municipios mencionados gracias a la incapacidad de sus ediles además que en el Congreso del Estado el comportamiento será el mismo: un trabajo gris, sin relevancia, sin escuchar a la ciudadanía, pero que siempre ’conincide’ con aquello que necesite el PRI.
El PAN tiende a desaparecer y para la ciudadanía no conviene una oposición tan débil. Es cierto que el PRI está más que agradecido de que los azules se hagan a un lado pero tener a los tricolores como ’detractores’ del nuevo régimen, es facilitar todavía más el camino a Morena para la obtención de un dominio cuasi absoluto dada la nula credibilidad de quienes alguna vez mandaran en el país y en la entidad.
El ridículo y cinismo con el que se conducen a nivel nacional tampoco ha pasado desapercibido y es para mitigar dicho impacto que necesitan el impacto de militancia trabajadora, no de aquella que vio al instituto como otra empresa por medio de la cual continuaran acumulando su riqueza familiar.