La Hoguera
Emmanuel Ameth
A sólo tres meses de haberse separado del PRI, los legisladores Citlalli Jaramillo Ramírez, Rocío Jaqueliine Sosa Jiménez y Juan de Dios Pontigo Loyola, conformaron una nueva ’mini bancada’ en el Congreso de Hidalgo, misma que a falta de asilo político para ponerle un nombre, lleva el mote de Grupo de Traidores Independientes o (GTI).
Y es que después de haber abandonado el PRI e integrarse al GPI de Omar Fayad, no sólo se declararon independientes dentro de los independientes, sino que han vuelto a tocar las puertas del PRI de Carolina Viggiano -quien sabiendo de sus antecedentes los rechazó-, lo que los motivó a buscar al gobernador Julio Menchaca para ponerse a sus órdenes, de donde tampoco recibieron respuesta favorable.
La razón de que en el gobierno morenista fueran dejados en visto es muy sencilla: su palabra no genera confianza alguna para establecer compromisos, amén que el supuesto motivo de la salida del GPI era precisamente en que no estaban de acuerdo en votar todo a favor de los guindas, cuento que no se comieron en el cubículo de Colosio y que los obligó a suplicar por cobijo en Plaza Juárez, quienes ya tenían la película completa del asunto.
A diferencia de la pasada legislatura además, Morena ya ni siquiera necesita sus votos -ni los compromisos que estos pudieran generar-, pues no le representa problema alguno conseguir la mayoría calificada en el Congreso de Hidalgo haciendo política y sin chantajes.
Los integrantes del GTI
Juan de Dios Pontigo Loyola sería la cabeza del GTI y quien ha buscado acercamientos con diversos grupos políticos para que le den cabida, pues habiendo sido ya diputado suplente y después titular, la perspectiva tiene que ser la de cambiar de poder el próximo 2024.
Tras haber sido secretario ejecutivo en Seguridad Pública entre 2006 y 2010, se refugió como docente en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo durante el periodo del exgobernador José Francisco Olvera, pues no era de su agrado tras conocerse en la extinta Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo (FEUH).
En la UAEH fue docente del ICSHU mientras su hermano Adolfo Pontigo fue director del ICSHU y posteriormente Secretario General. En ese mismo periodo comenzó a estudiar su doctorado, interviniendo su hermano para que gozara de una beca de entre 37 mil y hasta 150 mil mensuales en dicha institución, lo que en su momento tuvo un impacto mediático.
Fue hasta 2016 que Omar Fayad, ya como gobernador, lo reintegró al sistema en el mismo puesto, sólo que ahora el nombre de la institución es el de Consejo Estatal de Seguridad Pública.
Allí fue donde se hizo también diputado suplente y hasta 2020 se operó para que fuera legislador plurinominal, también bajo el amparo de Omar Fayad.
Sus primeros cinco minutos de fama ocurrieron cuando se filtró el audio de una llamada que hizo con un alcalde priista, donde aseveró que iba a ser presidente del PRI estatal y que les iba a enseñar a los diputados a legislar para quintarles lo pen63jo, refiriéndose así también a sus compañeros.
El 1 de julio de este año renunció al PRI para integrar el GPI pero ya desde mediados de septiembre buscó cobijo en alguna otra figura política, condición que lleva hasta la fecha.
Decir que el mismo gen familiar llevó a Adolfo Pontigo a renunciar con antelación a la rectoría, pues Gerardo Sosa desconfiaba de él y no le dio oportunidad de que le hicieran una jugarreta, tendiendo la experiencia previa de Luis Gil Borja.
Citlalli Jaramillo Ramírez fue la primera en secundar las intenciones de Pontigo Loyola para traicionar al GPI pese a que es “comadre” de Omar Fayad y su relación de amistad iba más allá de la política.
Tras recibir en 2005 la incorporación de diversas carreras a la UAEH para su escuela, el Centro Universitario Continental, en 2006 inició la edificación de sus nuevas instalaciones, buscando facilidades para ello con su entonces amigo Omar Fayad, quien era alcalde de Pachuca en ese momento y fue invitado especial durante la apertura de la escuela.
A partir de allí, Jaramillo, quien es prima de la exsecretaria de Finanzas Jessica Blancas, acompañó a Fayad en diversos cargos siendo una de sus colaboradoras de mayor confianza.
Pese a que su institución es una de las privadas más prósperas en la capital hidalguense, como delegada de INAES tenía conocimiento sobre la operación de Indesol y fue en ese periodo que se destinaron diversas partidas para financiar las actividades de la Fundación Centro Universitario Continental Hidalgo.
Citlali Jaramillo fue la primer contralora de Omar Fayad y fue con ella que comenzaron a aparecer los primeros contratos anómalos de la administración anterior, mismos que este medio reveló como Lavandería de contratos y que el Gobierno de Hidalgo nombró como Estafa siniestra.
Pero su participación no se quedó allí. Como titular de la Comisión Estatal de Vivienda siguió beneficiando a las mismas empresas. Para poner un ejemplo, tal es el caso del contrato CEVI/0406/2020 firmado por Citlali Jaramillo para conceder una extensión de plazo al representante de Kruszec.
Como se reveló en la investigación de Lavandería de contratos en Hidalgo, las empresas Kruszec, Ágil Textil, Morvi Arquitectura, Coscacuauhtli, Bali Arquitectura e Ingnius, entre otras entidades, comparten el mismo domicilio y los mismos representantes legales, simulando competencia en licitaciones y siendo beneficiarios de procesos irregulares donde el fallo les benefició.
Jaramillo Ramírez tuvo trato con ellos primero como contralora y luego como titular del CEVI, lo que no sería una casualidad.
Cabe señalar que entre las entidades reveladas como parte de la Lavandería de contratos, ya existen órdenes de aprehensión para varios de los exhibidos e incluso para funcionarios hidalguenses, faltando aún la vinculación por la probable participación de funcionarios como Citlali Jaramillo o incluso de líderes sindicales como Sonia Ocampo -quien incluso firmó como observadora en procesos anómalos-.
Rocío Jaqueline Sosa Jiménez es la tercer integrante del GTI. Actualmente ha buscado reunirse con Damián Sosa Castelán, quien es personero y hermano de Gerardo Sosa, líder del Grupo Universidad que se encuentra bajo prisión domiciliaria por probable asociación delictuosa, lavado de dinero y otros delitos. Ella buscaría nuevamente la alcaldía de Acaxochitlán, donde ya fue alcaldesa.
Más que amistad, Rocío Sosa debería a Omar Fayad la operación política para salir libre de los escándalos por auditoría que tuvo bajo su gestión. Aparentemente, luego de dicha “ayuda” se habría convertido en una de sus incondicionales, o eso era lo que le hizo creer.
Para muestra, la auditoría estatal en su pliego de observaciones para el ejercicio 2017 realizó 7 pliegos de observaciones por no poder acreditar el gasto realizado. Al tratarse de una muestra, la entidad pudo auditar la totalidad dadas las irregularidades presentadas pero ya no continuó con su labor en ese sentido.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) no fue tan benevolente si bien también fueron detenidos para llevar a fondo sus pesquisas. Y es que al menos 28 de las 35 obras ejecutadas con recursos federales en 2018 se hicieron vía adjudicación directa pese a tener un monto más grande que el permitido por la Ley, no habiendo justificado el criterio de excepción para las mismas, siendo 16.6 millones dados con anomalías.
Pero en lugar de que el gobierno estatal tuviera mayor “cuidado” con la entonces alcaldesa, uno de sus primos, José Ventura Meneses Arrieta, se encargó de llevar más obras para la demarcación, a lo que Rocío Sosa nuevamente agradeció las atenciones del entonces gobernador Omar Fayad.
Cabe señalar que Sosa Jiménez también vivió un escándalo con migrantes por la presunta falsificación de firmas, pues mediante rúbricas apócrifas pretendía “bajar” un recurso para migrantes del programa 3x1; al darse cuenta de la situación, los pobladores enteraron al responsable del programa para que no permitiera que se ejecutara el recurso, pues dijeron que este iba a ser malversado como les había sucedido en otras regiones.
