La Hoguera
Emmanuel Ameth
No transcurrieron ni 3 meses de aquel 30 de junio cuando se conformara el autodenominado Grupo Plural Independiente (GPI) integrado por 8 diputados locales, 15 alcaldes, así como medio centenar de asambleístas municipales, que ya hay fracturas provocadas por un vacío de liderazgo que pone en riesgo su permanencia en la política local.
Omar Fayad, líder del movimiento cuyo ’luto’ por perder las internas del PRI para designar a su sucesor le ha llevado a comportarse como si viviera sus nuevos 20s, en lugar de tejer fina política, delegó la cohesión y operación del GPI a su primo Julio Valera: grave error.
Porque más han tardado en consolidar una agenda propia -más allá de aprobar toda iniciativa que emane de Morena- que en lo que han perdido devotos.
Y es que Citlali Jaramillo, Rocío Sosa y su líder Juan de Dios Pontigo -quien hasta entrevistas ofrece sobre su salida del GPI desde hace no menos de dos semanas- no serían los únicos perfiles que se saldrían del grupo al no ver seriedad ni un futuro claro.
El no haber concretado una alianza con Movimiento Ciudadano ni dar un golpe de mesa que obligue a tomarlos en serio juega con perfiles que ya de por sí estaban nerviosos desde su ruptura con el PRI, y no porque haya sido un error emanciparse de la corriente de Carolina Viggiano, sino porque a diferencia del grupo de Osorio Chong por ejemplo, no han contado con el respaldo de un líder nacional que los arrope como ha hecho el Partido Verde con Nuvia Mayorga, quien en una de esas transmuta a ser una obradorista de cepa según dicte la conveniencia.
Así como Viggiano pasará a la historia tricolor como la candidata que perdió la gubernatura, Valera Piedras dejará su nombre escrito como el dirigente del PRI en cuya gestión fueron aplastados por la marea morenista. Y no es que hubieran tenido alguna oportunidad de revertir los ánimos de cambio de los hidalguenses, pero ya en campañas, lejos de recuperar puntos, terminaron peor que como empezaron.
El GPI simplemente no fraguó y hoy están sus miembros más cerca de integrarse a algún proyecto de manera individual, cada quien por su cuenta, que de esperar que Julio Valera les encuentre acomodo como grupo: los han dejado en orfandad, sin aspiraciones, y de continuar así, hasta sin dignidad.
