El gobierno más vigilado de la historia y el reacomodo de los medios y la opinión pública

El gobierno más vigilado de la historia y el reacomodo de los medios y la opinión pública

Temas clave / Gustavo Godínez

Política
Octubre 17, 2018 02:02 hrs.
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Gustavo Godínez › Emmanuel Ameth Noticias

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El de Andrés Manuel López Obrador será sin duda el gobierno más vigilado de la historia. Aún no comienza su gestión y toda la atención ya está puesta sobre él y su partido. No es que los gobiernos de Enrique Peña Nieto y sus dos antecesores no hayan pasado por un agudo escrutinio mediático y popular, pero el del ’El Peje’ tendrá una serie de aspectos que hasta ahora no se habían visto en el espectro político del país.

La llegada de AMLO a la administración federal trae en consecuencia un reacomodo inédito de los medios masivos de comunicación y la opinión pública. Desde hace algunos lustros, en México se vienen desarrollando empresas periodísticas que ejercen un periodismo crítico, pero durante décadas y hasta hoy, los medios de comunicación más grandes y con mayor cobertura se han plegado a los designios del gobierno en turno. Los contratos de publicidad y otras prebendas han silenciado a los espacios de mayor alcance.

Con AMLO en Palacio Nacional, se prevé una reducción en el gasto gubernamental destinado a la propaganda, lo que ha generado nerviosismo e inconformidad en los dueños de los consorcios afectados y podría acarrear una revancha a través del foro mediático. Además, existen grupos empresariales y adversarios políticos dispuestos a financiar, como ya lo han hecho antes, materiales mediáticos que colocarán al actuar de AMLO y su equipo en el ojo del huracán.

Aparte están los medios críticos que siempre han cumplido con su deber profesional y que, afortunadamente, seguirán desarrollando un periodismo comprometido con la sociedad.

Hay otro aspecto que cambiará durante la gestión de AMLO y que tendrá un peso igual o mayor respecto al papel de los medios de comunicación: la opinión pública, que será aún más vigilante del actuar de la administración entrante.

El origen de la vigilancia del proyecto lopezobradorista se puede dividir en dos grandes campos: primero los opositores del nuevo régimen (cuya mayoría está dominada por los simpatizantes de los regímenes del PRI y del PAN) y segundo los propios simpatizantes del lopezobradorismo. Aquí radica lo excepcional en el nuevo panorama político nacional.

Uno de los triunfos de AMLO ha sido despertar la conciencia crítica de los que se han pasado toda la vida sumisos y en silencio. Por décadas, la militancia y simpatizantes del PRIAN se caracterizaron por ser absolutamente omisos ante todos los errores y atrocidades de las administraciones que respaldaban, para las que sólo tenían cumplidos. Los fieles del PRIAN, por simple afinidad, dependencia clientelar o conveniencia bisnera, sólo sabían callarse y aplaudir. Curiosamente, hoy experimentan un súbito y nunca antes visto interés por los asuntos de gobierno.

Del otro lado de la moneda se encuentran la militancia y simpatizantes del lopezobradorismo. Si bien es cierto que dentro de los fieles de Morena existen fracciones incapaces de estructurar una crítica para AMLO o su movimiento, también hay amplios sectores que no se van a callar nada como hacían los del simpatizantes del PRIAN. Estamos ante el surgimiento de un movimiento capaz de ser crítico de sus propios liderazgos. AMLO y la cúpula de Morena deben poner especial atención en este punto; si piensan que sus simpatizantes serán igual de sumisos, callados y omisos que los del PRIAN, se equivocan.

El perfil de una buena parte de los votantes de AMLO es el de un ciudadano con conciencia crítica que busca una mejora sustancial del país, por lo que no tolerará errores ni abusos. Los votantes de AMLO no le entregaron un cheque en blanco como hicieron históricamente los seguidores del PRIAN con sus líderes.

Tenemos entonces que López Obrador enfrentará, como ningún otro presidente, un alud de críticas tanto de propios como de extraños, algo sin precedentes. Entre éstas críticas habrá algunas muy bien fundamentadas y muchas otras sin base o lógica alguna y que simplemente tendrán el objetivo de vulnerar su figura y movimiento. Ya aparecieron y se quedarán ahí los detractores irracionales que culpan a AMLO hasta de que amanece nublado. Cada quien sabrá de qué lado ponerse. Cada opinión deberá ponerse en una balanza, cada crítica hablará por sí misma y revelará sus intereses.

Para AMLO y Morena, el enorme reto es desarrollar una gestión eficiente, con los ojos y oídos abiertos, íntegra, transparente y en la búsqueda constante de una mejora social ante un país que le será entregado con niveles históricos de desigualdad y violencia, endeudado y privatizado. El deber de los medios será, como siempre, informar con veracidad y sin intereses cupulares de por medio. La tarea como ciudadanos y audiencias será el de ser vigilantes y evaluar el actuar del gobierno y medios, escudriñar los intereses detrás de las acciones, ser críticos de la crítica y manifestarse en el sentido que sea pertinente.

El panorama, aunque sumamente complicado y con una lucha manifiesta entre bandos políticos, nos ofrece la oportunidad de mejorar la gestión gubernamental a través de la vigilancia, el diálogo y la crítica. Estaremos atentos.

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