Todo por su nombre
Jorge Martínez
Demolidos por el rechazo de las mayorías, al priismo en Hidalgo no le queda más que divertir con sus improvisados circos, intentando ganar espacios que no lograron en las urnas.
Una de ellas, advirtió que serían una "valiente oposición" o a lo mejor quiso decir "una oposición de valentones". Qué lejos están estos lastimosos actores de entender que una oposición motiva democracia, genera igualdad, alcanza equilibrios.
Gritaban en el Congreso "fuera porros" mientras azuzaban a los acarreados a generar el caos, mientras la televisión oficial difundía esas imágenes lastimosas del desgobierno.
Los diputados priistas "preocupados por la legalidad" se quitaban la palabra para ver quién cometía más dislates. Sin entender que son minoría porque ya nadie los quiere, aún juntos a panistas, perredistas y otros más de la morralla electoral, ya no dejan de ser una caricatura de otros tiempos.
Padecimos una legislatura de muy baja estofa, que fue corregida por la Corte, por Derechos Humanos, por tribunales locales y federales, todo por su afán de quedar bien con sus patrones.
Y ahora quiere repetir la misma coordinadora. ¿Acaso no siente vergüenza? ¿acaso no sabe que nadie los quieren?
Vemos a diputadas priistas de mayoría, claro, que asegura que los diputados podrían ser despedidos de su "empleo" por haber faltado, sin perder su tono burlón, propio de su ignorancia.
Y abran las puertas señores, parecía decir un burócrata metido de político al azuzar a los acarreados a romper el orden.
No cabe duda que los tiempos de cambio siempre serán difíciles, más cuando se enfrentan a los demonios el continuismo que insisten en seguir gozando lo que ya no es suyo: las instituciones.
