Así como en Perú, la derecha antidemocrática de Brasil no reconoció la derrota electoral contra el político de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva y toman las instalaciones del Congreso Nacional, el palacio presidencial y el Tribunal Supremo.
En los primeros días de diciembre del 2022, tras poco más de un año del gobierno del izquierdista Pedro Castillo, quien a su llegada fue víctima del golpismo por la derecha por no satisfacer sus intereses, el Congreso de Perú destituyó al primer mandatario por ’permanente incapacidad moral’ y ese mismo día fue detenido por agentes de seguridad por crimen organizado, tráfico de influencias y colusión, pocos minutos después de que anunciara la disolución del Legislativo y declarara un Gobierno de excepción de emergencia.
Ahora en Brasil, el pasado domingo por la tarde, miles de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro irrumpieron el Congreso Nacional, el palacio presidencial y el Tribunal Supremo en la capital, Brasilia,
Difundieron a través de redes sociales unos videos en donde se aprecian a los partidarios del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro envueltos en banderas de su país, asaltando y destrozando las áreas.
De acuerdo con CNN Brasil, el piso del edificio del Congreso se inundó luego de que el sistema de rociadores se activara cuando los manifestantes intentaron incendiar la alfombra.
Así también indicaron que los manifestantes que se encontraban dentro del edificio tomaron obsequios recibidos de delegaciones internacionales y destruyendo obras de arte.
Los daños a obras de arte y estructuras son incalculables. Solo la tela del pintor Emiliano Di Cavalcanti, rasgada con un cuchillo, está valorada en ocho millones de reales (1,42 millones de euros).
Los manifestantes también destruyeron una vidriera del artista Athos Bulcão y un reloj del siglo XVII de Balthazar Martinot, que había sido obsequiado por la corte francesa a João VI. Otra de las reliquias destruidas es una alfombra que perteneció a la princesa Isabel, famosa por abolir la esclavitud en 1888.
El ministro de Comunicaciones de la Presidencia de Brasil, Paulo Pimenta, describió cómo se encontró sangre, heces y orina en las habitaciones del palacio. “Los espectadores dijeron que parecían fuera de sí con odio, como una horda de zombis. Corrían por los pasillos, rompían cosas, orinaban, defecaban en los pasillos y en las habitaciones en una juerga de destrucción”, afirmó.
Un día después del asalto al Capitolio en Washington, el 6 de enero de 2021, donde los partidarios de Donald Trump irrumpieron en el Congreso con el fin de evitar la certificación de su derrota electoral, Bolsonaro había declarado que esas escenas podrían repetirse en Brasil de surgir dudas sobre el resultado de las elecciones presidenciales del 2022.
"Bolsonaro pasó años movilizando a sus seguidores para esto. Aún si ahora no ha dado una orden directa, yo creo que él es responsable por haber organizado a ese ejército de personas" indicó la coordinadora del Observatorio de la Extrema Derecha en Brasil, Isabela Kalil, en una entrevista para la BBC.
El ministro de Justicia de Brasil, Flavio Dino, dijo a los reporteros el lunes que hubo “alrededor de 1.500” arrestos en Brasilia desde los disturbios del domingo.
Tras esto, Jair Bolsonaro indicó a través de Twitter que "Las manifestaciones pacíficas son parte de la democracia. Sin embargo, los saqueos e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, se salen de la regla", afirmación que desmintió posteriormente Thomas Milz para DW.Con información de CNN, DW, EL CONFIDENCIAL
