Los gobernadores de algunos estados están haciendo fila en las oficinas de los diputados federales para solicitar recursos del Gobierno Federal a través del Ramo 23, de acuerdo con declaraciones de Alfonso Ramírez Cuellar, presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en la Cámara Baja.
Sin embargo, los legisladores han advertido que este fondo transitará por una reingeniería total e incluso prevén que se elimine por completo, toda vez que la entrega de estos recursos tradicionalmente ha obedecido más a procesos de negociación que a fórmulas y reglas claras.
También conocido como Provisiones Salariales y Económicas, este Ramo tiene el propósito de ’integrar, registrar, administrar y dar seguimiento al ejercicio de las provisiones de gasto destinadas a la atención de obligaciones y responsabilidades del Gobierno Federal que, por su naturaleza, no es posible prever en otros ramos administrativos o generales’, señala la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Este conjunto de recursos se integraban en gran medida por los excedentes petroleros y es común que se entreguen a los estados de forma casi discrecional, señala Rodolfo de la Torre, director del Programa de Desarrollo Social en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
’Lo que hasta el momento parece estar planteándose es la reducción drástica del Ramo 23 e incluso su completa desaparición, lo cual generaría la reducción de los recursos con los que contarían los estados pero al mismo tiempo desaparecería una fuente de uso poco transparente de los recursos y eso es algo que podría estar generando protestas de los gobiernos estatales’, apunta el especialista.
Durante 2018 se destinaron 28,857 millones de pesos a este Ramo, que hasta hace un año quedaba a juicio de los diputados la repartición de estos recursos.
Toda vez que la entrega de estos recursos ha sido discrecional, es difícil identificar los estados que se verían afectados por su cancelación.
En caso de que se desaparezca este fondo, sería ideal que el Ramo 23 sea absorbido por el Ramo 28, enfocado en aportaciones de gobierno de Estados y Municipios y el Ramo 33 que es el gasto en desarrollo que sí sigue una serie de reglas bien establecidas.
’Una parte del gasto se enfocaría para que los estados decidan como gastarlo o etiquetarlo bajo reglas muy claras a proyectos de desarrollo y en consecuencia ir desapareciendo gradualmente el Ramo 23, eso es lo que debería hacerse pero parece que se quiere hacer de forma drástica’, señala.
