La mayoría absoluta que han consolidado Morena y sus aliados en el Congreso de la Unión tiene inquietos a los empresarios, quienes temen que esta aplanadora apruebe iniciativas de alto impacto contrarias a sus intereses, y que ellos no puedan recurrir al cabildeo habitual para influir en las agendas legislativa y del gobierno federal.
La incertidumbre se extiende a los cabilderos profesionales, un gremio surgido hace 20 años, cuando el PRI perdió ante la oposición la Gran Comisión en el Congreso de la Unión. Lo que más desea ese gremio, en este momento, es ser parte de la discusión de la miscelánea fiscal y el paquete económico para 2019, entre otros muchos temas que interesan a la iniciativa privada.
’En la nueva composición del Congreso hay un número importante [de legisladores] que probablemente ve con estigma, duda y sospecha la participación privada, [dado que] muchos de ellos fueron educados en la creencia de que el Estado y el gobierno deben garantizar el crecimiento y el empleo, y de que la iniciativa privada busca un fin egoísta, explotador’, señala Luis Carlos Ugalde, presidente de Integralia. ’Hay una caricatura empresarial en muchos segmentos de la izquierda mexicana y, ahora que son una hípermayoría, esos estigmas pueden prevalecer’.
El panorama es más incierto que nunca debido a que la mayoría aplastante de Morena cambió por completo el escenario para los grupos de interés que están fuera de los partidos y que solían cabildear con el gobierno federal, sus legisladores y los de la oposición con más peso en el Congreso, para allanar el camino a los negocios de sus representados, empezando por la Ley de Ingresos.
Pero hoy Morena y sus aliados del Partido del Trabajo (PT) y el extinto Partido Encuentro Social (PES) suman 308 curules en la Cámara de Diputados, y 69 en el Senado, además de que controlan 19 de los 32 congresos estatales. Para hacer reformas legales profundas a la Constitución Mexicana, Morena necesita sólo a 17 de esos congresos locales.
Desde el inicio de la legislatura se abrió la posibilidad de endurecer la regulación para los cabilderos (cuya actividad se considera privada, pero de interés público) a través de la instauración de un parlamento abierto.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala cinco elementos para una sólida regulación de cabildeo:
1. Definición de cabilderos y actividades de cabildeo. La regulación debe ser clara y sin ambigüedades.
2. La legislación debe proveer información pertinente sobre aspectos clave de los cabilderos y el cabildeo, tales como sus objetivos, beneficiarios, recursos presupuestarios y destinatarios.
3. Se deben establecer reglas y guías estándar de comportamiento esperado; por ejemplo, evitar el mal uso de información confidencial, conflictos de interés, y prevenir prácticas no éticas entre legisladores y grupos del sector privado.
4. Se requieren procedimientos de seguridad contra corrupción mediante estrategias y mecanismos coherentes, incluyendo su aplicación y monitoreo.
5. Se debe promover una cultura de integridad y transparencia en la práctica diaria a través de un adecuado marco normativo.
Diversos países tienen leyes exclusivas para regular la actividad de cabildeo.
Estados Unidos, Canadá y Australia tienen una legislación específica de cabildeo que cumple con los cinco puntos que señala la OCDE.
Francia tiene códigos para regular la actividad en cada una de las cámaras del Congreso.
Chile tiene un Reglamento de Cabildeo que se deriva de otra ley.
El caso de Alemania es específico, ya que sólo dedica un anexo en la Reglamentación de Procedimientos de la Bundestag [cámara baja].
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